Al encontrarnos de viaje nos desapegamos de la rutina cotidiana; desconocemos el lugar que visitamos y por ello la improvisación siempre está presente en horarios y lugares para comer.
Ante tal incertidumbre, hay algo que para muchos viajeros puede ser una barata solución: llevar cacahuates.
En primer lugar, los cacahuates son muy económicos, se venden en todos lados, pesan poco y no se echan a perder, por ello podemos considerarlos nuestros fieles compañeros de viaje.
Si tenemos poco tiempo para comer, o consideramos que los precios de alimentos son estratosféricos, los cacahuates pueden ser una solución apremiante. Su consumo genera saciedad y nos pueden dar la energía necesaria para olvidarnos del hambre y continuar con nuestro viaje.
Además, como generalmente vienen empaquetados, difícilmente podrán causarnos una enfermedad, así que si estás dudoso sobre la comida del lugar por la visible falta de higiene, mejor corre por tus cacahuates.
Comer cacahuates nos da proteínas, grasa insaturada, fibra, vitamina E, nutrimentos inorgánicos, ácido fólico, entre otros. Además, se ha comprobado que los cacahuates pueden ayudar a reducir el riesgo de padecer diversas enfermedades tales como, obesidad, enfermedades del corazón y diabetes.