Una de las 129 torres-miradores que siguen en pie en Cádiz es conocida como 'la bella escondida', ya que no puede ser divisada a pie y destaca tanto por su singularidad como por su estética.
Descubrí su historia en el último día de viaje por la capital gaditana y me pareció reflejo de lo que es la urbe: una pequeña joya, quizás no demasiado reconocida, pero especial. Tan especial como su gente, sus atardeceres o sus visitas. Analizada de cerca, Cádiz tiene un encanto irresistible; tanto cultural, histórico, visual, marítimo y gastronómicamente. La 'taza de plata', como es conocida popularmente por su forma y el reflejo que los azulejos de los edificios hacían en el mar, sorprende y embelesa.
Aunque lo más llamativo de la provincia es para muchos las maravillosas playas de la costa, la ciudad de Cádiz merece mucho la pena ser recorrida. Por las construcciones y el paseo en el barrio del Pópulo, antiguo centro medieval; por disfrutar de su rica gastronomía 'desde la cocina moderna de restaurantes como La Quilla en el paseo de la playa de la Caleta, a comida tradicional en El Malagueño o pescaíto frito en la Freiduría Las Flores-; por recorrer su perímetro en bici, con el viento en contra, divisando el horizonte; por los atardeceres en el mar; por la plaza de la Catedral, disfrutando del ambiente; por el recuerdo de la Historia de nuestro país, en la Plaza de España y su monumento a la Constitución 1812; quizás un paseo en barco, para conocer la bahía y puntos de interés cercanos; por sus vistas.
Comencé el periplo de la misma forma que lo acabé: viendo la ciudad desde las alturas. El primer día ya me hice una idea del lugar en la azotea del hotel Convento, un alojamiento que ofrece la experiencia de poder pasar la noche en un lugar con solera como es este centro religioso de cuatro siglos atrás.
Además de hacerte ya una idea de cómo es la urbe, divisas las torres-miradores, cuya función era antaño el control 'el catalejo oficial se puede ver en la Torre Tavira, la única abierta al público y una visita muy interesante porque tiene una cámara oscura- y la negociación por la mercancía de los barcos que provenían de otras ciudades de Las Américas.
Además, la catedral nueva y las fachadas de color blanco, y también el mar al fondo, hacen de la ciudad una bonita postal. Una imagen-recuerdo de esas que yo admiro porque se clavan, se quedan en la retina mucho tiempo. Como dejamos la Torre Tavira para el último día 'tiene una terraza deslumbrante- acabamos también el viaje admirando la belleza tranquila de Cádiz.
Además de sus vistas, el centro de la ciudad invita a que se pasee sin prisa; los barrios de Santa María y el Pópulo; la zona más comercial; la Plaza de las Flores, donde está el Mercado de Abastos, puestos callejeros donde comer churros y en los domingos, mercadillo. Y por supuesto, el paseo marítimo. En el lado de la bahía, que da a Puerto de Santa María o Rota, encontramos la zona de la Alameda, que tiene una agradable zona ajardinada con dos árboles inmensos y una estatua dedicada a José Martí; desde donde se continúa el paseo a la playa más conocida de Cádiz: la Caleta. Ahí podemos visitar el Castillo de San Sebastián, pasando por el Puente de Canal, un tómbolo que también puede considerarse reflejo de la ciudad y que tiene un encanto especial, ya que las olas rompen muy cerca.
Aún queda playa para rato y el viajero puede relajarse paseando por la arena; esperando el atardecer o sentándose a dejar pasar el tiempo en el malecón de Cádiz; una de las pruebas que los gaditanos se encargan de ensalzar en sus similitudes con La Habana, su ciudad gemela. 'La Habana es Cádiz con más negritos y Cádiz es la Habana con más salero', hay quién se ha atrevido a afirmar. Yo creo que las comparaciones son odiosas; mejor buscar las similitudes, que las hay.
Uno de los mejores atardeceres lo vi desde la playa de Santa María, donde se puede avistar la catedral a lo lejos, por lo que el paisaje es inmejorable.
Otro aspecto importante de esta ciudad es su Historia y su pasado, que recomiendo conocer de forma autodidacta o ayudados de visitas guiadas por la ciudad (existe la posibilidad de hacerlo con una aplicación de realidad aumentada llamada GuideoApp para tu móvil, que por un bajo precio te explica la Historia y te lo cuenta con personajes en los lugares que visitas, además de guiarte por la ciudad; o con visitas teatralizadas como las que ofrece el grupo Animarte), ya que resulta muy interesante. Recientemente se ha inaugurado también el yacimiento fenicio de Gadir en Cádiz, en la parte baja del Teatro de Títeres, donde además de la recreación del lugar, hay pantallas virtuales que dar información y un vídeo muy creativo sobre el tema.
*Nota: Pude disfrutar de la ciudad de Cádiz gracias a un viaje organizado por la Asociación de Empresas Turísticas de Cádiz, Cádiz Dos Mares y la Diputación de Cádiz, a quienes agradezco desde estas líneas la invitación y el mimo que pusieron en su organización. La ciudad no sería lo mismo sin el esfuerzo de quién lucha día a día por su impulso y su gente, maravillosa. Gracias a cada uno de ellos por trasmitir esa pasión por su tierra, ser amables y despiertos, aguantar nuestras múltiples fotos y compañía. Y, sobre todo, por hacerlo con humor y la mayor de las sonrisas.
Por otro lado, este viaje no hubiera sido lo mismo sin los maravillosos compañeros de ruta que me tocaron, como Vero4travel, Somos Viajeros, Miguel en Ruta, La maleta de Constanza, Ahora Toca Viajar y En el camino con Moonflower. Gracias también por las risas, las charlas, las sonrisas y el aprendizaje, pues eso también ha dejado huella para siempre en la autora de este blog.