España

Calviá

La localidad mallorquina de Calvià domina un municipio a los pies de la sierra de Tramuntana y a orillas del mar Mediterráneo.

Más de 50 kilómetros de litoral, entre acantilados, bahías, playas e islotes, forman parte de su perfil costero, uno de los más accidentados de la isla. Casas señoriales, villas de campo, torres defensivas y molinos antiguos forman parte de sus principales monumentos, además de importantes yacimientos prehistóricos. A las múltiples oportunidades de ocio al aire libre, hay que sumar la exquisita gastronomía de la comarca.

Rodeada por las montañas de la Sierra de Tramuntana y a escasos kilómetros de la ensenada de Santa Ponça, se levanta la sencilla localidad de Calvià. Su historia comienza en el siglo XIII, al unirse los caseríos en los que vivían los campesinos que cultivaban las tierras de la zona. Pero esta comarca ha estado habitada desde tiempos prehistóricos, como atestiguan los yacimientos arqueológicos de los alrededores. La naveta Alemany, el Puig de Sa Morisca y el Turó de Ses Abelles son algunos de restos talayóticos mejor conservados de los alrededores. Pertenecientes a la época romana son los hallazgos arqueológicos de Sa Mesquida, una antigua villa aristocrática.

Casas señoriales
Los siglos XVI y XVII dejaron en este municipio multitud de casas señoriales como la Can Verger o la Can Ros, además de un amplio sistema defensivo levantado en la costa. Los continuos ataques de piratas en este litoral llevaron a la construcción de multitud de torres de piedra y argamasa de planta circular. Castellot de Santa Ponça, las torres de Cap Andritxol, Cala Figuera, Portals Vells o Sa Porrassa son las más importantes.

Entre el patrimonio etnográfico de Calvià destacan, además de las casas de labranza y los hornos de cal, los molinos de harina. En Galatzó, Santa Ponça o Son Martí podemos encontrar muestras de esta arquitectura popular de profundo sabor mallorquín. También merece la pena acercarse a la iglesia parroquial de Calvià y las ermitas de Portals y Pedra Sagrada. La iglesia data de principios del siglo XVII y en ella sobresalen la factura de sus dos torres y su fachada, de reminiscencias románicas y góticas. Por su parte, el Ayuntamiento de Calvià presenta un diseño de vanguardia en el que se dan la mano la arquitectura tradicional y las últimas tendencias.

Las playas de este municipio ofrecen un variado catálogo de actividades y una abundante oferta de alojamientos. Selectos hoteles se despliegan entres las calas de la zona de Illetas. Por su parte, en Portals Nous se encuentra uno de los puertos deportivos más selectos de la isla. Lujosos restaurantes, bares de copas y heladerías tienen cabida alrededor de sus muelles. Los amantes del golf tendrán la oportunidad de practicar su deporte favorito en los cinco campos que se disponen en los alrededores de Calvià. Integrados en plena naturaleza, completan sus instalaciones deportivas con conciertos de música, paseos por el campo y todo tipo de actividades lúdicas.

La práctica de los deportes náuticos se puede realizar en las extensas playas de Palmanova, Magaluf y Santa Ponça. La tranquilidad de Peguera invita al descanso, rodeado de pinares.

Gastronomía local
En cualquier punto de esta localidad, el visitante podrá ahondar en la cultura de la zona a través de su gastronomía. La variedad de ingredientes con los que cuenta su cocina se hace patente en la elaboración de suculentas recetas como las sopas mallorquinas (tomate, coliflor, repollo...). Los pastenagues negres se preparan con zanahorias, acelgas, sobrasada, butifarrón, pasas y piñones. También habrá que probar el frito de cordero, aromatizado con laurel, hinojo y ajos.

La excepcional ubicación de esta localidad posibilita el conocimiento de poblaciones cercanas como Andratx y Banyalbufar. Port d´Andratx es un puerto pesquero en el que se confunden las embarcaciones de pesca con las deportivas, mientras que su pueblo, instalado en el valle, cuenta con un hermoso castillo-fortaleza.

Acantilados al bordes del mar, entre terrazas de cultivo y empinadas calles de piedra es el paisaje que espera en Banyalbufar. A un paso también queda Palma, la capital de Mallorca y de las Islas Baleares. Su interesante casco histórico, con vistas al mar, nos descubrirá importantes monumentos como su Catedral, el palacio de la Almudaina, la Llotja y el castillo de Bellver.

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