Libera Tortugas en Riviera Nayarit.
Nuevo Vallarta y Guayabitos, dos puntos privilegiados por la arribazón anual, permiten una experiencia sin alejarse de la diversión
Tomar una pequeña cría de tortuga marina entre las manos, por unos instantes, sintiendo como sus diminutas aletas luchan por hacer avanzar su pequeño caparazón, al tiempo que provocan un agradable cosquilleo en la palma de las manos, para después colocarla sobre la arena justo donde el mar tiene su borde, es una experiencia conmovedora.
Liberar Tortugas en Riviera Nayarit es una más de las actividades que se pueden realizar y quizás una de las que llegan más al corazón. También es posible ser testigo del momento en que una hembra adulto sale del agua para depositar sus huevos en la playa, el milagro de la vida.
Lo mejor es que no hace falta alejarse de las comodidades y la diversión para poder maravillarse con uno de los grandes aconteceres de la naturaleza, por son incluso las playas más desarrolladas de la región algunas de las que mayor arribo registran.
Todos los años, entre junio y diciembre, arriban a las playas de Riviera Nayarit centenares de estos reptiles de resistente caparazón. Desde la Boca de Teacapán hasta Nuevo Vallarta, lo mismo en las playas más inhóspitas que frente a los más lujosos resorts de la franja turística.
En su mayoría se trata de la especie golfina, una de las ocho especies marinas que habitan los océanos, pero con un poco de suerte es posible hallar también en esta zona de las laúd, la más grande entre las tortugas marinas. En todo caso, patrullar una noche por las playas de la región, como voluntario de alguno de los campamentos que se han establecido en la zona y que son resguardados por personal capacitado, cambia la vida para siempre.
La experiencia es un imperdible y en muchos casos de los casos basta con permanecer despierto una noche entera, tan solo a unas decenas de metros de la habitación, para poder vivir la experiencia y observar cómo desova uno de estos quelonios. De hecho, ha sido documentado que es Nuevo Vallarta, y en particular el campamento establecido en esta zona hotelera, el sitio con mayor registro de anidamientos en los 307 kilómetros de la costa de Riviera Nayarit.
Las zonas hoteleras cuentan en sus playas con excelentes sitios de arribazón, así que en muchos de los casos basta con permanecer despierto una noche entera, tan solo a unas decenas de metros de la habitación, para poder vivir la experiencia y observar cómo desova uno de estos quelonios.
El dato lo ofrece el biólogo Adrián Maldonado, coordinador del Subcomité de Investigación del Instituto Tecnológico de Bahía de Banderas (ITVBB), quien asegura que los estudios que ha realizado con un grupo de sus estudiantes ponen los arribos a Nuevo Vallarta por encima de otros campamentos en zonas menos desarrolladas como la playa El Naranjo, cerca de la Peñita de Jaltemba.
El análisis de datos históricos a 10 años indica que las tortugas marinas colocan un promedio de 250 nidos anuales por kilómetro en los catorce kilómetros de costa con que cuenta Nuevo Vallarta. Tan sólo el año 2007 llegaron seis mil golfinas a ese lugar.
Las cifras de Maldonado no son desorbitadas. El 2009, las estimaciones oficiales del campamento tortuguero establecido en Nuevo Vallarta, hablaban de que hasta octubre se habían recuperado cerca de cuatro mil nidos y liberado a 200 mil quelonios recién nacidos.
"En este campamento la cifra aumenta cada año. Lo que puedo decir con seguridad es que el número de nidos recuperados ha crecido 600 por ciento en los ocho años que tenemos trabajando acá", dice el biólogo Antonio Razo, responsable de la custodia en estas playas.
Una vez que en la temporada pasa el periodo de incubación y los huevos eclosionan, comienzan a darse los nacimientos, y el campamento de Nuevo Vallarta ofrece la oportunidad de ser uno de los afortunados que liberan a las crías. El programa contempla las liberaciones por las tardes, alrededor de las 18:00, y para tener derecho a soltar una de las tortuguitas sólo hay que contribuir con 20 pesos para el mantenimiento del campamento.
Pero Nuevo Vallarta no es la única playa desarrollada con estas ventajas, lo mismo es posible observar en El Anclote, Punta Mita, Bucerías, La Cruz de Huanacaxtle y otras zonas pobladas. La playa Las Tortugas, donde se alza un desarrollo armónico con la naturaleza, reportó por ejemplo la recuperación de 2,400 nidos en 2009.
Si bien frente a los hotelesAd by GoPhoto.it V9.0 ubicados en Rincón de Guayabitos el arribazón no es tan grande, la experiencia alcanza un punto particularmente emocionante en la playa El Naranjo, muy cercana a la zona hotelera; pues cuenta con uno de los programas de protección y educación ambiental más comprometidos. Acercarse a este campamento resulta no sólo en un espectáculo para turistas, sino en una verdadera experiencia educativa.
Nada se compara a ser testigo del comienzo de una lucha por sobrevivir, no sólo por los inigualables atardeceres que sirven de marco a la partida de estas todavía diminutas tortugas, que aún deberán sortear grandes obstáculos para llegar a la vida adulta. El cosquilleo que sus aletitas provocan en la palma de las manos se transfiere directo al corazón cuando los expertos explican que muy probablemente esa que tienes en las manos no regresará a esta playa.
Los estudios realizados por el ITBB arrojan una información que a los mismos científicos les parece increíble: las tortugas marinas no le temen al desarrollo. De entre todas las playas de la región llegan con mayor densidad a Nuevo Vallarta como ya se explicó e incluso, contra lo que se pensaba, prefieren desovar en zonas donde la playa está iluminada.
"Hay una tesis que se quedó en el tintero, porque el estudiante la comenzó hace cinco años pero no ha concluido. Se midió la escala de luz y curiosamente donde hay más luz es donde más anidan las tortugas. Pero hay algo para tomar en cuenta: las tortugas adultas tienen un fototactismo negativo; es decir, no les gusta ir a donde hay luz, por lo que resulta aun más sorprendente esta tendencia", asegura Adrián Maldonado.