La cestería es una de las formas artesanales mexicanas, cuyos orígenes en la historia aún no han podido ser identificados.
Tradicionalmente se considera a la cestería, como un descubrimiento bastante anterior a la alfarería, en la historia antigua de la humanidad. Algunos estudiosos consideran que la cestería apareció en nuestro país alrededor del 6000 antes de Cristo.
En la actualidad, la cestería, como manifestación de la creatividad popular, está en vías de desaparición. El motivo principal es que la cestería va siendo cambiada, en la pragmática de los pueblos, por objetos manufacturados que antes no tenían presencia en los mercados populares. Y así, esta técnica artesanal, antes tan cultivada y popular, está perdiéndose en estados como Puebla, Yucatán, Sonora, San Luis Potosí, Querétaro, Hidalgo, Morelos y el Estado de México.
Los productos artesanales de cestería, incluyen, desde manteles individuales, hasta sombreros tipo 'Panamá', capaces de doblarse y guardarse en el bolsillo, sin que se deformen o se maltraten. También abundan las canastas, morrales, jaulas, cestos, muebles y juguetes.
De acuerdo a la región, los artesanos, para trabajar cestería, utilizan fibras vegetales como: paja de trigo, ixtle, bejuco, lechuguilla, carrizo, vara de sauce, corteza de jonote, palma y tule. Los viajeros y turistas de México deben comprender el gran esfuerzo que realizan los artesanos de la cestería -generalmente, humildes campesinos- para hacer surgir hermosos y útiles objetos, a partir de un puñado de zacates o varas.
Otras interesantes formas de artesanía mexicana son los trabajos de cera, concha, carey y coral.
A lo largo del siglo XIX y la primera parte del XX en Guanajuato, Estado de México, Querétaro y Puebla, se elaboraron admirables figurillas de cera que representaban a personajes del ámbito popular. Y así, existían notables reproducciones de chinacos, arrieros, vendedores de pájaros, hacendados y damas de alcurnia. En cambio, en nuestros días, la cerería se limita a la elaboración de velas ornamentales, algunas de ellas complementadas con detalles en escamado y bordado.
En estados como Puebla, Guanajuato, Distrito Federal y el Estado de México, se producen velas de gran valor estético. A destacar, las hermosas velas que se producen en el pueblo de Cortázar, Guanajuato, para festejar el día de la Santa Cruz, el día 3 de mayo. En lo que se refiere a las artesanías en concha, estas abundan en los estados costeros, aunque sólo algunas de ellas tienen verdadero valor estético. Curiosamente, es en el barrio hidalguense del Nith, en Ixmiquilpan, donde se aprovecha, acertadamente, la concha de abulón para adornar instrumentos musicales, cajas y mesas. Por último, en Yucatán, en la blanca Mérida, se elaboran originales creaciones, utilizando el caparazón de las tortugas de carey: desde {uñas} para tocar guitarra, hasta peines, abrecartas y pequeñas cajas.