¿Cómo conseguir gratis un mejor asiento en el avión?

Si queremos cambiar de asiento antes de subir al avión podemos intentarlo solicitándolo con diversos motivos a los agentes de la aerolínea.



Debemos ser muy inocentes, porque hasta leer lo que ha escrito la periodista Wendy Perrin de Condé Nast Traveler sobre la oportunidad de conseguir mejores asientos gratis en los aviones, nunca nos lo habíamos planteado. Y lo cierto es que todo lo que cuenta es curioso. Contiene mucha picaresca y depende de vuestro interés por remover las cosas hacerlo o no. Además, os puede salir bien o mal, no hay un desenlace determinado que os podamos asegurar.

Venimos a resumir algunas de las cosas que cuenta que podéis hacer. Por ejemplo, cuenta que a los agentes de la aerolínea que están en la puerta de embarque les preguntemos si hay algún asiento cerca de una salida. No lo sabíamos, para qué os vamos a engañar, pero parece que estos asientos se asignan en el último momento, así que suelen estar libres la mayor parte de las veces.

Las ventajas de los asientos que están cerca de las salidas se encuentran en que permiten tener mucho más espacio para las piernas. En nuestro caso sí hemos tenido ocasión de probarlos, pero por casualidad, no seáis mal pensados, y tenemos que reconocer que es cierto (en un viaje de 10 horas se nota mucho).

Lo único que hay que tener en cuenta de los asientos de la puerta de salida es que, como os informará la azafata que os toque, si algo ocurriera, pongámonos en lo peor (o lo “no tan peor”), os tocaría ayudarla para abrir la puerta y que el desembarco de los pasajeros pudiera ser un poco más cómodo. A cambio ganáis el estar cerca de la azafata, lo cual puede ser un buen ejercicio de conversación si no tenéis nada que hacer durante el vuelo y estáis aburridos (para practicar un idioma viene de fábula).

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Otra buena forma de conseguir un asiento mejor es pedir si te pueden cambiar el billete a un asiento que a su lado esté libre. Dice la periodista que si en el momento de pedirlo miramos a nuestro ordenador portátil con cara de angustia y le decimos al agente que tenemos que trabajar en el vuelo, seguro que nos hace el favor de darnos otro asiento. Y claro está, si tenemos el asiento de al lado libre, vamos a viajar mucho más cómodos.

Pero como os decimos, son teorías e intentonas que podemos probar. Si todos empezamos a abusar de ellas es posible que al final las peticiones caigan en saco roto.

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