En marzo de 2014 decidieron cambiar su casa por una vida en la carretera.
Compraron una caravana y se lanzaron a la aventura. Durante los últimos 18 meses han estado viajando cambiando de país cada 3 meses como máximo. Sólo en el último año han vivido en 4 continentes diferentes.
El matrimonio formado por Becky y Paul ya viajaba antes de formar una familia. Según cuentan en una entrevista, en un viaje que hicieron a Kazajistán se encontraron muchos niños que pasaban mucho tiempo inmersos en culturas diferentes a las de sus padres. Decidieron dar esa misma oportunidad a sus hijos para que “evitaran el consumismo y la perspectiva mundial egocéntrica con la que habrían crecido en Estados Unidos”.
Los niños no pueden estar más felices. “Cuando volvimos a Estados Unidos los tres mayores nos hicieron prometer que no pararíamos de viajar”, cuenta Paul Kortman. Durante esta travesía su madre se encarga de su educación. Además estudios demuestran que viajar y conocer mundo es beneficioso para la creatividad. Los pequeños están aprendiendo sobre otras culturas a través de sus propios ojos.
Paul se gana la vida con su propia empresa de marketing digital. Su negocio le permite trabajar desde cualquier parte, por lo que se puede permitir llevar este tipo de vida. Generalmente el perfil de trabajador viajero lo cumplen jóvenes de entre veinte y treinta años sin ataduras, pero Paul decidió demostrar al mundo que también es posible una vida nómada con toda una familia.
Actualmente los Kortman siguen viajando y no tienen intención de parar, pero buscan lugares donde poder pasar períodos más largos. En lugar de estar un máximo de 3 meses en un mismo país buscan un lugar donde establecerse durante unos 6 meses. Se pueden seguir sus aventura en la página web que ellos mismos han creado o en la cuenta de twitter de Paul.