Dicen que no hay mejor persona para enseñarte un destino turístico que un local, por lo que voy a contaros una serie de cosas sobre Madrid, la ciudad en la que vivo.
Siempre acostumbro a decir que como gran ciudad, Madrid acoge a lo mejor y a lo peor de nuestra especie; a todos los niveles. Y de eso os voy a hablar hoy; no de sus monumentos, ni de sus recorridos, sino de cómo es Madrid. Del día a día, de lo bueno y de lo malo; de sus entrañas.
Chocolate con churros, imprescindibles
Si estás en Madrid, lo más típico (¡por un día puedes saltarte la dieta!) es que desayunes chocolate con churros. Yo os recomiendo la chocolatería San Ginés. La mejor por el producto y el sitio, muy acogedor y en pleno centro.
El metro de Madrid vuela
Aunque el Metro de Madrid no vuela (y cada vez va peor por los recortes que se están produciendo) sigue siendo una de las redes de suburbano más modernas de Europa. Es la forma más sencilla de moverse por la ciudad, así que es bueno de que te vayas mentalizando que la vida de esta ciudad transcurre en gran parte bajo suelo.
Madrid es verde
Aunque no lo parezca, Madrid es la segunda gran ciudad del mundo con más espacios verdes. El parque del Retiro, la Casa de Campo, el Capricho, el Parque Juan Carlos Primero, el Parque del Oeste y el Parque Atenas, entre otros, lo atestiguan. ¿Convencidos?
Madrid tiene arte
¡Y vaya que si tiene arte! Hasta tres de los mejores museos de España están en la capital (Museo del Prado, el Thyssen-Bornemisza y el Reina Sofía) e incluso, hay varias salas donde poder entrar gratuitamente y ver exposiciones muy interesantes (como la Fundación Mapfre o en ocasiones, Caixa Forum).
Madrid tiene río
Vale, Madrid no tiene playa. Aceptémoslo: nunca la tendrá. A pesar de que a los grifos instalados en la agradable zona del Madrid Río los llamen 'la playa de Madrid'. Lo que sí tiene es un paso precioso en torno al Río Manzanares que regala una de las mejores visitas de la ciudad. Totalmente recomendable.
La gente en Madrid siempre tiene prisa
Bien sea porque en lugar de andar, muchos corren; porque la gente está aterrorizada de que el metro se le vaya delante de las narices; o porque llegan tarde a algún lado, los madrileños siempre parecen tener prisa. A ello se suma que el tráfico es bastante caótico y que los pitidos y las sirenas son algo demasiado común.
Tienes tres opciones: unirte al enemigo, reírte de él o cogerle manía a la gran ciudad. Así suele ser.
Todo el mundo es de Madrid
En Madrid mucha gente, no es de Madrid; lo que hace que la ciudad sea abierta, una fuente absoluta de anécdotas; y una búsqueda permanente de aquello que te recuerda a tu casa. Al modo: ¡Oh sí, aquí la caña es Estrella Galicia!
Los bares de viejos, una institución
Si la religión oficial de Madrid son las cañas, los bares de viejos son templos repartidos por toda la ciudad. En la gran mayoría da gusto porque el servicio suele dar conversación, tiran bien las cañas y suelen poner algo de tapa. Aunque siempre hay excepciones.
También bares de lo más cool
Pero a todo el mundo le aburre la uniformidad. Así que también hay locales cuidadísimos de lo más cool. Ideales para hipsters, modernos y cualquier persona a la que le gusten los sitios con encanto. En este blog ya hemos hablado de librerías-bar como La Fugitiva u otros ejemplos como Tipos Infames o la Ciudad Invisible; pero si quieres conocer más lugares así os recomiendo el blog Madrid y yo, que se define -y es- como un inventario de lugares únicos.
Madrid no duerme
Cuidado si tu hotel está situado en una de las zonas de marcha de la ciudad y la habitación da a la calle porque Madrid no duerme. Sea el día que sea; la fiesta está asegurada.
Y para acabar el post, comparto una canción dedicada a la ciudad por uno de mis cantautores favoritos, Marwan. 'Bastante exagerada y algo bipolar; tan humilde y a la vez tan altanera'. ¿Estáis de acuerdo con esta descripción?