Pocos lugares de México tienen tan buena gastronomía playera como Sinaloa: todo es fresco, sencillo y de muy buena calidad... un paraíso para quienes aman, como yo, los ceviches. Así que cuando andes por la zona ármate este recorrido: empieza explorando la Avenida del Mar de Mazatlán, junto al Malecón, donde encontrarás lugarcitos como La Corriente, que se autodesigna como una “Cevichería Nais con Playa”.

Siguiendo hacia el Mazatlán Viejo llegarás a la famosa Plazuela Machado, que tiene muy buen ambiente por las noches; allí puedes optar por unos camarones a la naranja en Pedro y Lola, un restaurante que hace homenaje a los dos grandes de Sinaloa: Pedro Infante y Lola Beltrán.

Muy cerca, en la esquina de Insurgentes y Reforma, está El Guamuchilito, un changarro de muchos años donde se comen buenos aguachiles y callos de hacha súper frescos con puro limón. Si prefieres los platillos cocidos, intenta con el pescado zarandeado en La Costa Marinera, que está en la zona hotelera.

Saliendo de Mazatlán puedes hacer una pausa para bajar lo comido en Las Labradas, una zona arqueológica con más de 300 rocas labradas de más de 2,000 años de antigüedad. Después de este intermedio cultural, “a lo que nos truje”.

El siguiente punto gastronómico en la costa es Altata, una playa de fin de semana para los culichis, donde encontrarás varias carpas donde se sirven mariscos fresquecitos y callo de hacha preparado al puro estilo Sinaloa: con cebolla morada, pepino, limón y chile piquín o salsa estilo Valentina.

La contraparte nueva de Altata, Isla de Cortés, es un enorme proyecto turístico con un buen club de playa llamado Puesta del Sol, donde la especialidad son los camarones gigantes.

Siguiendo hacia el norte por la autopista 15D hay una salida al pequeño puerto de pescadores llamado La Reforma (de donde salen los paseos en lancha hacia Bahía de Santa María para ver pájaros bobos de patas azules). Allí probamos el mejor pescado zarandeado (de toda nuestra aventura por Sinaloa) en un pequeño restaurante sin nombre que parecía ser la casa de un pescador, y unas jaibas fresquecitas que se sirven simplemente hervidas, frías y con tantita sal.

Más adelante, casi a la altura de Guasave pero en la costa está Las Glorias, una extensa playa con varias palapas para comer, donde los pescadores abren los callos de hacha al instante, en la mesa: limoncito, salsa y ¡pa'dentro!

El estado termina prácticamente en Topolobampo y sus extensiones, como El Maviri, la escapada perfecta de los habitantes de Los Mochis. Es una isla conectada a tierra firme por un puente vehicular.

En su restaurante La Isla prueba los camarones al coco o el aguachile de camarón y, para no extrañar, cierra con una ensalada de callo, con sus ingredientes tradicionales (cebolla morada y pepino) y unas buenas rodajas de chile verde. Acompáñalo con un coco preparado con churritos y clamato.

Dónde dormir

Casa Lucila (en Mazatlán)
-*www.casalucila.com

The Jonathon (en Mazatlán)
-*es.jonathonhotel.com

Hotel Santa Anita (Los Mochis)
-*www.santaanitahotel.com