Tras la convulsa década de los 90 en toda la región de los Balcanes, y a pesar de declarar su independencia en el año 1991, la paz no llega a Croacia hasta el año 1998 bajo la supervisión de las Naciones Unidas.
A partir de este momento, la República de Croacia reconstruye su infraestructura y comienza a crecer como una de las principales imágenes del turismo mediterráneo.
Pueblos de distintos orígenes, forjados en ciudades medievales que mezclan la arquitectura occidental con la oriental, han exportado sus tradiciones y costumbres con el crecimiento del turismo. La llegada de los vuelos de bajo coste ha hecho que se amplíe el mercado de visitantes, claramente dominado por italianos y alemanes.
La variedad de oferta turística va más allá de las famosas ciudades de Zagreb, Dubrovnik o Split. Es un país ideal para pasar las vacaciones en sus playas, practicando deportes de aventura, disfrutando de su gastronomía o perdiéndose por algunos de sus mágicos rincones.
Pula romana
Si te interesa conocer algunos de los mejores restos de la antigua cultura romana no puedes dejar de visitar este rincón especial de Croacia. La Pula romana es la principal ciudad de Istria y centro administrativo desde la época de los césares.
Andando por sus concurridas calles, descubriremos restos arqueológicos espectaculares como el anfiteatro Flavijevska, construido a la vez que el Coliseo de Roma y que llegó a albergar a cerca de 20.000 personas. El Foro y Templo de Augusto, el Arco del Triunfo de los Sergios o el Palacio Comunal, son otras de las maravillas arquitectónicas que nos regala esta pequeña localidad.
Croacia, Patrimonio de la Humanidad
A parte de estar dotada de grandes vestigios de las culturas clásicas, Croacia cuenta en la actualidad con siete denominaciones de Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO. Desde antiguas construcciones a maravillosos parajes naturales, estos son los lugares que no debéis perderos:
Basílica de Eufrasio en Porec (arte paleocristiano del siglo VI, lleno de bonitos mosaicos).
El llano Starigradsko (con viñedos que podrían ser de la época de los antiguos griegos).
Centro histórico de Trogir (destaca su plano ortogonal también de la época helénica).
Palacio Diocleciano (mezcla de arte paleocristiano, bizantino y medieval).
Parque Nacional de los Lagos de Plitvice (bellos paisajes de piedra cástica y dolomítica).
Antigua ciudad de Dubrovnik (conocida como 'la perla del Adriático').
Catedral de San Jacobo de Sibenik (construida entre 1431 y 1535).
Naturaleza de colores vivos
Es una de las zonas más ricas en naturaleza de toda Europa y una de la áreas ecológicas mejor conservadas. Bañada por el mar Mediterráneo y curtida por el sol, esta península rebosa colorido y frescura por todos sus costados.
A pesar de no contar con una gran extensión de terreno, en su territorio encontramos ocho parques nacionales, cerca de 4.300 especies de plantas y un número parecido de diferentes animales. Además, este país nos regala la posibilidad de navegar con nuestro propio delfín adoptado, y si tenemos suerte, llegar a ver la foca mediterránea o el casi extinto buitre leonado.
Las playas de Croacia
Al ser una península, Croacia cuenta con cerca de 5.000 km de costa, incluyendo las pequeñas islas de su territorio. Kilómetros de litoral donde descansar, relajarse y disfrutar del limpio mar Adriático o el Mediterráneo.
En la región de Istria podremos visitar las famosas playas nudistas de Knegra y Funtana, espectaculares por su arena blanca y su agua color azul turquesa. En la región de Dalmacia, encontramos la playa de Makarska, uno de los destinos de hotel y playa más concurridos de Croacia.
Para los más jóvenes, en las playas de Branje y Copacabana (en Dubrovnik) y Bacvice (en Split), se aúna la arena con la fiesta y las discotecas al lado del mar.