Destinos hippies que debes visitar en México

Cada día tenemos más pendientes, más obsesiones y más elementos que se suman a la vida cotidiana para convertirla en un caos y para convertirnos en seres alineados en todo menos en nosotros.

Qué lejos ha quedado la magia de los 60, esos tiempos en los que sólo se hacía uso de lo esencial para vivir y bastaba de amor para ser feliz. Qué lejos han quedado los hippies.

La filosofía de esta “contracultura” se basaba en tener un estilo de vida inconformista, libre y fuera de lo convencional al rechazar el materialismo que tanto nos ha fascinado en occidente. Defendiendo la vida eco friendly y el pacifismo, encontraban la plenitud a través de -alucinógenos- la meditación y prácticas nómadas.

Es por eso que hoy, en este ritmo de vida que corre cada vez más rápido necesitamos cada vez el escapar de todo con más frecuencia. Olvidarnos de la ropa que nos da a veces, una personalidad cuadrada, del peinado que nos aprisiona y de los zapatos que nos lastiman. Si has sentido ese arranque de botarlo todo y viajar por en el tiempo para sentirte un neo-hippie, las razones sobran cuando puedes llegar a alguno de estos destinos.


Chalacatepec
Se encuentra a 25 minutos de 25 minutos de Tomatlán, Jalisco. La playa es de las más tranquilas e hipnotizantes que se puedan encontrar en México. En sus arenas blancas y el azul profundo del mar, se ha convertido en un lugar ideal para la reproducción de la tortuga marina, así que es ideal para vivir la experiencia de verlas nacer y además, ver los restos de un auténtico barco pirata que quedó varado en las rocas.

San Miguel de Allende
Después de Querétaro pero antes de llegar a Guanajuato, se encuentra uno de los pueblos mágicos más hermosos de los que tengamos memoria los mexicanos. Así que cuando queramos adentrarnos a una aventura hippie que no incluya arena y mar, este lugar es el indicado, pues sus calles son perfectas para recorrerlas de noche o de día a pie. Su arquitectura y despliegue de gastronomía y propuestas artísticas es algo que podría maravillar a cualquiera.

Sayulita
Al sur de Nayarit veremos hermosos atardeceres después de hacer algo de surf. Entre decenas de extranjeros podremos ser parte de fogatas en la playa o de fiestas nocturnas que incluyen algo de hierba y música de tambores. Digamos que Sayulita es ideal para ese hippie cosmopolita que quiere un paseo en caballo, ver cómo nace el la artesanía en México o bien, vivir un amor en medio del paraíso.


Palenque
Chiapas lo tiene prácticamente todo para vivir como un hippie moderno: naturaleza y majestuosidad. En este lugar se pueden conocer sitios como Las Cascadas de Agua Azul, la zona arqueológica de Bonampak o bien, adentrarse en Agua clara, que con un clima cálido durante todo el año se puede nadar, pasear en kayak, en caballo, caminar, practicar ciclismo de montaña. Incluso, la comunidad indígena tiene importantes celebraciones de las que se puede ser parte.

San Pancho
La playa de San Pancho es enorme y de arena suave. El pueblo en el que se encuentra en Nayarit, tiene sus calles empedradas como en el antiguo México, sus habitantes se transportan a caballo y el sonido de pollos y gallos en los patios no se hace esperar apenas llegas. Tal vez la carretera no te invite a mucho, pero vale la pena entrar a conocer el lugar.

Dzibilchaltún
A 10 minutos de Mérida, rumbo a Puerto de Progreso, se encuentra Dzibilchaltún, un sitio arqueológico desde donde se experimenta la llegada de los equinoccios de primavera, los de otoño, y el de la luna. Dzibilchaltún significa “Pueblo Viejo” en maya, donde también existe uno de los ríos subterráneos más grandes y profundos de Yucatán, con más de 40 metros de profundidad. El lugar más importante de la zona es el Templo de las Siete Muñecas, llamado así por una ofrenda que se encontró en su interior de siete figuras de barro con forma humana.

Espita
El pequeño poblado se encuentra a 165 km de la ciudad capital del estado, Mérida. Si lo que buscas es “pueblear” y comer rico de acuerdo a la localidad lo maravilloso es que, como no hay fondas o restaurantes, es común que te inviten a pasar a algún hogar para deleites el paladar y sin un precio fijo, sino que pagas lo que consideres conveniente. Tal vez sea la mejor manera de probar un poc chuc o un escabeche oriental pero casero.

Michigan
En Guerrero, la playa de Michigan como parte del Océano Pacífico, cuenta también con una laguna/estuario, donde cohabitan en total armonía una infinita variedad de flora y fauna. Entre gaviotas, garzas, pelícanos, manglares, islotes, palmerales y más es difícil que no se quiera vivir ahí para siempre. También se puede practicar senderismo y camping sin contar que cuenta con un campamento para protección de la tortuga marina.

Maruata
A 248 kilómetros al sur de Uruapan se asoma un hermoso paisaje donde las montañas se juntan, pero las rocas aguantan los azotes olas de playas vírgenes. Aunque se tiene que atravesar un pueblito para llegar a un pequeño bosque que conduce a un espacio abierto extraño y maravilloso para llegar a ellas. Además hay lagunas que se forman de la unión del agua dulce y el agua salada y donde pescan aves marinas y aves de laguna entre gaviotas, flamencos, garzas blancas, cormoranes, zopilotes, ibis, pelícanos. La bahía es lo suficientemente grande para permitir largas caminatas o paseos a caballo.

San Agustinillo – Oaxaca
Con la posibilidad de dormir en bungalows, la playa de San Agustinillo se localiza al poniente de Zipolite. El encanto de la playa reside en que está en mar abierto pero el oleaje no es peligroso. A partir de junio hasta diciembre es muy probable ver a la tortuga golfina desovar pero también su fauna consta de zorrillos, ardillas, tejones, mapaches, venados e iguanas pero si quieres aprender a pescar, está permitido hacerlo entre tiburones, pez dorado, atún, peces vela y huachinangos.
Anterior 10 consejos geek para aprovechar al máximo tus viajes
Siguiente Si este vídeo no te convence de usar protector solar, nada lo hará