Herencia costumbrista prehispánica, famosa por su arraigo y originalidad con la que se llevan a cabo en las diferentes poblaciones del estado de Oaxaca.
Los mercados de la época colonial y las plazas indígenas de las diversas comunidades de la entidad, han llamado la atención de los viajeros nacionales y extranjeros, por la variedad de productos que expenden, su organización y la convivencia de las diversas etnias que se dan cita para comprar o vender sus productos.
Los mercados regionales cíclicos y la especialización productiva revisten particular importancia. La economía regional gira en torno a la organización de los mercados, los cuales operan cada día de la semana en distintas localidades. Existen evidencias prehispánicas sobre la presencia de mercados en pueblos importantes, los cuales se vieron reforzados durante la colonia por el comercio de cochinilla, y de diversos productos artesanales y agrícolas.
El sistema de mercados comunica a los valles con otras regiones de la entidad, como la Sierra Sur a través del mercado de Miahuatlán; la Mixteca por medio de Tlaxiaco; la Sierra Norte y el Istmo por intermedio del mercado de Tlacolula. Los mercados conforman así una amplia unidad económica y social, que pone en contacto a distintas etnias, donde el español constituye la lengua franca de comunicación interétnica.
En los días de plaza, el mercado se llena de gente humilde que baja de las rancherías y poblados aledaños , curiosos y callados observan los productos de su interés, para después seguir avanzando entre apretones y empujones de la inmensa multitud de gente que acude al único de plaza grande que hay en el pueblo.
“Vender, comprar, regatear, cambiar. Cambiar sobre todas las cosas: contacto humano. Esta en la razón de su amor al regateo, aunque la diferencia sea un centavo. Aquí se puede escuchar la rara mezcla de los diferentes dialectos que se hablan en el estado como el zapoteco, mixteco, triqui, mazateco, chinanteco, amuzgo y tacuate con el español.
Para el turista nacional y extranjero el mercado es el lugar idóneo para conocer y apreciar la mezcla de los diversos grupos étnicos y sociales que acuden con frecuencia , para expender y comprar los productos que ahí se expenden. Con frecuencia los visitantes aprovechan su visita para probar la gastronomía local, comprar alguna artesanía , tomar una fotografía o grabar alguna escena del día de plaza .