En el mundo hay muchos aeropuertos grandes, algunos realmente enormes y otros ciertamente mastodónticos.
Entre éstos últimos estarían, por ejemplo, el Aeropuerto Internacional de Denver, que ocupa una superficie de unos 140 kilómetros cuadrados, o el Aeropuerto Internacional Rey Fahd de Arabia Saudí, que tiene una superficie de 250 kilómetros cuadrados.
Pero si nos atenemos a la longitud de la pista del aeropuerto resulta que la más larga del mundo está en un lugar que pocos esperarían: en un valle rodeado de montañas en el Tibet. Se trata del Aeropuerto de Bangda, que sirve a la ciudad china de Qamdo, y se encuentra situado en uno de los pocos sitios del Este de Tibet donde el paisaje es suficientemente plano como para construir una pista de aterrizaje. Eso si, a 4.334 metros sobre el nivel del mar.
Su única pista tiene una longitud de 5,5 kilómetros, unos 97 metros más que la segunda más larga del mundo, la del Aeropuerto Ramenskoye de Moscú.
El por qué de una pista de tal extensión en un lugar donde el tráfico aéreo no es precisamente abundante ni masivo hay que buscarlo precisamente en la altitud. A más de cuatro mil metros sobre el nivel del mar el aire contiene menos oxígeno y su densidad es por tanto más baja. Los aviones sufren menor resistencia y vuelan a mayores velocidades que en altitudes inferiores, por lo que les cuesta más frenar en el momento del aterrizaje y necesitan pistas más largas.
El Aeropuerto de Bangda fue también hasta septiembre de 2013 el situado a mayor altitud del mundo. El 16 de ese mes fue superado por el Aeropuerto Daocheng Yading (4.411 m.), situado en la Prefectura de Sichuan, también en Tibet.
Por cierto que, en la lista de las pistas más largas del mundo ocupa la undécima posición el Aeropuerto de Madrid-Torrejón, con una longitud de 4.818 metros. En este caso la longitud de la pista no parece tener relación con la altitud sino más bien con el hecho de haber servido como base militar.