Por su forma geográfica, Zihuatanejo es un destino que está a salvo de estrepitosas tormentas, y si le sumas que su playa es de una tranquilidad inquietante, resulta que es ideal para la navegación y la pesca.
Si lo que necesitas es una escapada a un sitio con historia y encanto (basta visitar el pueblo) a la mano y la posibilidad de refugiarte en un hotel de lujo que lejos de alejarte de la cotidianidad costera te integre a ella, este es tu destino.
En plena playa La Ropa está el hotel Viceroy, que aunque lleva otro nombre, tiene una historia de más de 30 años, es el favorito tanto de turistas como de locales.
Una de las ventajas de hospedarte en este hotel, además de la cercanía con la playa, es que se está lo suficientemente alejado del poblado, pero lo suficientemente cerca como para explorarlo; además, está diseñado para que sientas más la naturaleza que al propio hotel.
Esta intimidad invita a retraerte entre sus recovecos, piscinas y lagunas internas. Si quieres relajarte, además del menú de masajes, están las clases de yoga a la orilla del mar, perfectas para alinear tu energía.
No esperes un espectáculo de altas y furiosas olas, al contrario, aquí podrás caminar y caminar hacia dentro sin ser revolcado, es casi una piscina natural, de la cual puedes entrar y salir combinando estas incursiones con platillos mexicanos.
Si algo espectacular tiene el Viceroy es su culinaria a cargo del chef Paco Isordia, un guerrerense que desde muy joven fue seducido por las posibilidades de la cocina. Como es un orgullo local, todos los meseros te cuentan su historia: empezó como ayudante hace más de 20 años y ahora su sazón es uno de los motivos para regresar, y sus clases de cocina, con compra en el mercado de Zihuatanejo incluida, es de las actividades más solicitadas por los visitantes.
De una manera sencilla te integra al quehacer culinario, al final de la sesión los alumnos degustan sus propios platillos, con los secretos de Paco incluidos.
Al caer la noche, únete a la degustación de tequilas o a la cena con maridaje especial, la selección de vinos intensifica los sabores de por sí ya deliciosos. Un paseo por la playa para bajar la comida te recordará ese encanto pueblerino por el que se hizo famoso Zihuatanejo.