Viernes.
Llega a tiempo a la capital de Baja California Sur para acostumbrarte a esta gran ensenada que hace honor a su nombre, aunque no le falta un ligero toque caótico mexicano.
La actividad gira en torno al malecón, junto al que hay un par de playas miniatura donde los estudiantes juegan voleibol antes de que caiga el sol. Además hay comercios interesantes, como los helados de La Fuente, una librería, hotelitos llenos de flores y un romántico quiosco con vista al mar.
Para cenar hay dos alternativas: continuar hasta la moderna y superlujosa Marina Cost Baja, con restaurantes de primera como Azul Marino o, para un plan más informal, dirigirse al extremo opuesto a un peculiar local de hamburguesas al aire libre llamado Bandido?s, donde se reúnen decenas de locales bajo las palmeras. Las hamburguesas se asan al carbón sobre una parrilla en el cofre abierto de un coche viejo.
Sábado. Este día hay que dedicarlo al Mar de Cortés. Lo que queda más a mano (unos 20 km al norte) es la Isla Espíritu Santo y su hermana menor Isla Partida, ambas deshabitadas. Los contornos de arena blanca quedan enmarcados por un mar tan turquesa que hace palidecer al Caribe.
Otra de las grandes maravillas de este rincón del mundo es que suele estar poco concurrido, sobre todo si lo visitas entre semana. ¿Cómo llegar? Hay varias opciones: la primera y más emocionante es hacerlo en velero. Puedes alquilar uno en la marina, con la tripulación necesaria para que no tengas que preocuparte; aun así podrás colaborar en algunas labores de navegación.
Otra opción es unirte a un recorrido de la isla, que incluye hacer kayak en las ensenadas principales de Isla Partida y esnórquel con lobos marinos en los islotes del extremo norte. Algunos sólo pasan allí el día y otros montan un campamento para la noche.
Si decidiste rentar un velero, puedes anclarlo y dormir en su camarote.
Domingo. Si amaneces en La Paz, desayuna unos buenos huevos con pan calientito en Corazón Café. Después dirígete a Balandra, una playa al norte de la península (ve temprano para evitar tumultos). De regreso puedes hacer una parada en playa Pichilingue, para cerrar tu viaje con deliciosas almejas chocolatas recién capturadas y callos de hacha con limoncito.