Koper con sus suaves inviernos y sus cálidos y secos veranos.
¿Existe algo más hermoso que estar de pie junto al mar envueltos por la suave brisa del maestral, observar el cielo escarlata cuando sopla el viento siroco o admirar el mar turbulento mientras el viento bora danza con las olas? Las grises piedras calizas de Istria, ocho plazas circulares con una alfombra blanca de piedras, once plazas diferentes, restos del imponente muro, las pequeñas calles entretejidas que serpentean hacia la plaza principal, adornada con la Catedral más grande de Eslovenia - narran las historias del pasado y del presente.
Paso a paso las fachadas de los edificios y sus interiores descubren la historia milenaria de Koper: antiguamente denominada Iustinopolis, Capris - que evoca la República de Venecia, la edad de oro del gótico y del renacimiento hasta la actualidad. El apogeo de los eventos de verano en Koper son las Noches Amarillas con los fuegos artificiales más grandes y de más duración, con numerosos eventos al aire libre y por ser una fiesta familiar y festividad nacional.
Déjate llevar por el ritmo del verano, con obras teatrales entre los muros de la ciudad antigua y en invierno brinda por el Año nuevo y por muchos más. Disfruta de las artesanías locales, degusta platos tradicionales como jota (sopa de coles al vinagre), bobi?i (sopa de maíz), polenta, bacalao, sopa de pescado y especialidades de mar, así como los típicos vinos locales.
El Valle de los Castillos con el primero de ellos: el Castillo de Socerb se extiende al borde como las piedras calizas que separaban en el pasado la República de Venecia de la región de Austria. El camino nos conduce por Hrastovlje, con los frescos más antiguos: la famosa Danza de la Muerte, hasta la torre en Hrvoje, el punto más elevado de Istria, desde aquí nuestra mirada puede tocar el horizonte.
Mientras tanto los viajeros, los jinetes y los ciclistas pueden decubrir la riqueza de las cascadas, los rápidos y las aguas profundas del río fronterizo Dragonja, un oasis de agua pura y cristalina, la belleza del lugar que, al verla, parece detener el tiempo.