En el estado de Veracruz, en la zona norte, partiendo desde Nautla y hasta llegar a Tecolutla, se extienden 20 kilómetros casi ininterrumpidos de playas (aunque parezca increíble) casi solitarias, y que se mantienen así durante todos los meses del año, a excepción de las fiestas decembrinas y la Semana Santa.
Por supuesto, también son lugares muy visitados por los lugareños. Esta hermosa zona playera aparece en las guías turísticas con la denominación de Costa Esmeralda.
Es aconsejable visitar esta área entre julio y agosto, para así nadar en un mar sumamente apacible y en un entorno de total tranquilidad.
Pero además, los aficionados al turismo culinario hallarán allí un vasto mosaico de influencias gastronómicas, conjuntadas en platillos como el chilpachole, caldo de camarón o pescado acompañado de epazote, bolitas de masa y el delicioso arroz a la tumbada.
Una de las características que hacen tan atractiva y misteriosa a la Costa Esmeralda es que, a lo largo de la extensa playa pueden hallarse troncos y maderas ablandados por las olas.
Los visitantes pueden pasar horas y horas haciendo esculturas con este material de origen silvestre, sin que nadie llegue a la playa. Los visitantes se sienten en la Costa Esmeralda, como si estuvieran en un espacio aparte del tiempo, en una dimensión tropical y salvaje.