En realidad, los Cabos consiste de dos poblados, San José del Cabo (pintoresco y tranquilo) y Cabo San Lucas (relativamente lleno de acción, con restaurantes y vida nocturna), ambos unidos por un exquisito “corredor” de 29 kilómetros de largo. Su mundialmente famosa pesca en alta mar, y campos de golf de clase mundial, con dos campos de campeonato, uno diseñado por Jack Nicklaus y uno diseñado por Robert Trent Jones, lo hacen aún más deseable. Los Cabos todavía tiene el aspecto de un centro turístico en ciernes, pero aquí se encuentran todas las comodidades del hogar y mucho más, junto con mucho aire fresco. 

El poblado de San José del Cabo es tranquilo y tradicional. A lo largo de sus limpias y ordenadas calles, los visitantes pueden encontrar restaurantes, cafés al aire libre, galerías, tiendas de artesanías, y actividades culturales tales como el Teatro de la Ciudad. El cercano estuario de San José del Cabo es un santuario para aves tropicales y la vida silvestre, y una zona de reserva que alberga a más de 150 especies de animales, así como un lugar donde se puede navegar en kayak por los manglares.

La carretera entre San José del Cabo y Cabo San Lucas ofrece panoramas espectaculares mientras serpentea a través de la lujosa zona hotelera. Cabo San Lucas es una de la opciones favoritas para buzos expertos y ofrece hermosas playas, una bulliciosa vida nocturna, una infraestructura hotelera bien desarrollada y una gastronomía internacional.

Las atracciones en Cabo San Lucas incluyen la marina, un habitual punto de parada para pequeños veleros y yates privados, y playas tales como la Hacienda y Medano, donde suaves olas llegan hasta a la playa. Las atracciones para los amantes de la naturaleza y los animales incluyen las cataratas de arena submarinas frente a la Playa del Amor y, durante el invierno, la reserva de las ballenas grises en la Bahía Magdalena.

No se pueden perder "El Arco", un monumental arco natural, de formación rocosa, donde se encuentras las aguas del océano Pacífico y el Mar de Cortez, el cual se ha convertido en un símbolo de la región y un escenario ideal para tomar fotografías.