Las haciendas mexicanas son lugares cautivantes en la mayoría de los casos, por los muchos antecedentes históricos asociados a ellas, y también por los entornos naturales en donde se ubican.
Pero además, varias de estas antiguas construcciones, localizadas en los diferentes estados que integran la República Mexicana, han sido rescatadas del abandono (algo que aconteció como consecuencia de los cambios sociales acontecidos por la Revolución Mexicana, en los inicios del siglo XX) y restauradas para ser utilizadas como balnearios, hoteles y spas, de lujo.
Un gran ejemplo es una hacienda hotel de Jalisco que ejemplifica el alto nivel que tienen los spas instalados en las haciendas de México.