La natación es un deporte náutico reconocido como olímpico desde los juegos de Atenas en 1896, si bien, las mujeres no pudieron competir en esta disciplina acuática, sino hasta los juegos de 1912.

Hay dos clases de competiciones de natación. Por un lado tenemos las pruebas individuales y por otro los relevos, con equipos integrados por cuatro nadadores. Las carreras de natación implican recorrer nadando en alberca, largas distancias. Las principales carreras manejan distancias de entre 50 y 1500 metros.

Existen cuatro estilos principales de natación y son los que se incluyen en las competencias de tal deporte: crol, espalda, mariposa y braza. Una de las más emocionantes pruebas de natación, combina los cuatro estilos. En los Juegos Olímpicos y los campeonatos internacionales se manejan varias etapas: eliminatorias, cuartos de final y semifinales. La prueba final solo incluye a los ocho mejores nadadores, de acuerdo a las etapas previas.

El crol por ejemplo, se caracteriza por ser la modalidad que precisa mayor rapidez en el desplazamiento acuático. Los 50 metros libres es una prueba tan vertiginosa es que muchos deportistas no giran la cabeza a un lado para respirar, cada tres brazadas, como es lo correcto en esta variedad de la natación.

El nado de espalda, en cambio, es un estilo en el cual el deportista se desplaza sobre el agua flotando sobre su espalda. La visibilidad que tiene en esta posición es muy limitada, por ello, en la alberca se colocan una serie de banderolas que le hacen saber que se encuentra a unos 5 metros de la pared. Es una de las modalidades de la natación más disfrutadas por los espectadores, junto con el nado en mariposa, en especial en el marco de las competencias olímpicas.

En lo referente a la natación de pecho o braza, es la modalidad más lenta y demandante de las cuatro mencionadas. Los deportistas, para practicarla, utilizan los brazos y las piernas para desplazarse a través del agua, y la patada desarrollada tiene tanta relevan como el movimiento que se efectúe con los brazos. Los codos han de permanecer dentro del agua en un ángulo de noventa grados. Si el nadador no extiende las piernas y los brazos a la vez, puede sufrir su descalificación de la competencia, por parte de los jueces, por estar desarrollando un nado estilo libre y no en la modalidad de pecho o braza.