Cada persona tiene preferencias turísticas diferentes, a algunas les gusta más visitar destinos campestres, otras en cambio prefieren las ciudades coloniales y algunas más son felices visitando el mar.
Sin embargo, de acuerdo a estudios científicos realizados no hace mucho, quienes gustan del mar son más felices en su vida.
Las investigaciones mencionadas señalan que uno tiene una tendencia más patente a sentirse bien, si se habita cerca del mar. Al parecer el cerebro reacciona de una manera especialmente positiva cuando se encuentra en sitios despejados. El mar y la playa, especialmente las zonas costeras paradisíacas, coadyuvan a que se tenga un excelente estado de ánimo.
Por todo lo anterior, no es extraño que distintas clases de tratamientos, por ejemplo de tipo psicológico, por lo general se valgan del mar para que el paciente mejore en su estado de salud, su condición mental. Además, la combinación de brisa marina y el rumor del oleaje hace que las olas nos relajen, seamos mucho más creativos y disfrutemos de un sueño más profundo y reparador.
Otro análisis científico reciente arrojó resultados similares. Dar paseos a pie por la playa se perfila como una excelente terapia para la salud mental y para experimentar una sensación de felicidad. Los entornos coloridos y la sensación de blandura de la arena mojada genera una experiencia de pleno bienestar.