Blanca arena, cristalinas aguas, palmeras y brillantes sol.
Todo ello se combina perfectamente para tener la máxima relajación. Guatemala cuenta con sitios de belleza incomparable y de entre ellos, Playa Blanca es un lugar que nadie debe dejar de conocer.
Playa Blanca, tal y como lo señala su nombre, es un espacio tropical de arena clara, detalle que la distingue de muchas otras playas centroamericanas, definidas por su arena oscura. Estas últimas tienen arena volcánica, por las cadenas volcánicas que cruzan Centroamérica. Playa Blanca es uno de los puntos más atractivos de Izabal y con solo aproximarse un poco a su oleaje calmo y cristalino, los visitantes se sorprenden de grata manera.
Playa Blanca se encuentra a unos 12 kilómetros, a lo largo de la costa norte de Guatemala. No es de fácil acceso, de tal manera que podría considerarse como una playa privada. Palmeras, sol radiante y un mar precioso, es lo que aguarda a los visitantes que arriban a Playa Blanca. Para llegar a ella, se debe abordar una embarcación en la comunidad de Livingston y realizar una travesía de aproximadamente 35 minutos. Muchos viajeros señalan que Playa Blanca es un paraje caribeño que no se parece en nada al resto de Guatemala. Principalmente por el tono níveo de la arena, que hemos señalado previamente.
En Playa Blanca se pueden hacer campamentos, pero es importante señalar, que los visitantes deben llevar sus propias provisiones, ya que no existen en el lugar, ni restaurantes, ni hoteles. Playa Blanca es un espacio virgen, puro, en cierto sentido totalmente inocente. En años recientes, se ha comenzado a solicitar una pequeña cuota para utilizar las hamacas y las canchas de volibol que hay en el lugar. De modo que el desarrollo turístico de la zona, si bien es incipiente, por lo menos ya se ha iniciado.
Una buena recomendación es la siguiente: si se viaja a Playa Blanca e Izabal, desde la ciudad de Guatemala- es decir, unas 5 horas de trayecto-, lo mejor sería hacer escalas en los destinos intermedios, reservar en los hoteles de dichos sitios, y disfrutar a fondo de las noches de Guatemala, las cuales son más que apasionantes.
Por el hecho de que no hay infraestructura turística de ningún tipo en Playa Blanca, se proyecta como un lugar para disfrutarse durante el día y para dejarse, una vez concluida la jornada.