Esta pequeña villa maltesa se construyó para el rodaje de una película sobre las aventuras de Popeye, el popular personaje de ficción.
Hoy día es una atracción turística para niños y mayores
La aldea de Popeye Village es una atracción turística familiar, especialmente adecuada para aquellas familias que cuentan con niños de corta edad, y que a los más mayores les recordará a una de las series de animación más populares de su infancia, Popeye el marino.
A pesar de que este entrañable personaje que nos enseñaba a comer espinacas es ya un octogenario desde que apareciese por primera vez en una tira cómica en el año 1929, sigue muy presente entre nosotros y tiene una aldea real en la República de Malta.
Tanto él como su novia Olivia, su hijo Cocoliso, su rival Bluto y el resto de personajes, 'habitan' en esta pequeña aldea maltesa a la que también se le conoce como Sweethaven Village. Esta diminuta población costera bañada por las aguas del Mediterráneo, y al más puro estilo de las aldeas pesqueras de otras épocas, está compuesta por hasta diecinueve edificios de madera, angostas calles empedradas y otros elementos urbanos.
Los orígenes de Popeye Village se remontan hasta el año 1979, cuando comenzó su construcción para ser el escenario del rodaje de una película musical sobre el carismático personaje. Tras el rodaje del filme, como ha ocurrido otras veces, la pequeña villa se conservó como atracción turística y actualmente funciona como un museo al aire libre, abierto durante los siete días de la semana.
Los visitantes pueden observar parte del mobiliario y los elementos de atrezo originales que se utilizaron durante la grabación del musical, disfrutar de paseos por esta peculiar aldea, conocer a los personajes de la serie (Olivia, Popeye, Bluto'), ver diversos museos y atracciones o comprar recuerdos de su estancia en tiendas de souvenirs.
Otra de las posibilidades de ocio consiste en realizar un breve recorrido en barco por los alrededores de Anchor Bay, la pequeña cala en la que se sitúa esta aldea de ficción, para tomar fotografías de la villa y disfrutar del paisaje de las costas maltesas. Estas excursiones se pueden realizar diariamente, cada hora, siempre que las condiciones climáticas sean favorables.
Como anécdota, comentar que la película sobre Popeye que diera lugar a la construcción de este pequeño pueblo de fantasía no consiguió el éxito esperado. Sin embargo, gracias a ella es posible visitar esta atracción turística y pasar un rato inolvidable en compañía de los niños, y no tan niños.