Viajar te puede enseñar más de la vida de lo que crees.
No sólo aprenderás acerca de las partes del mundo que no conocías y de la gente que vive allí. Lo más importante es que aprenderás a conocerte más a ti misma.
Te verás a ti misma de una manera que nunca te has visto antes. Estar sola en una tierra extraña es la mejor llamada de atención que uno puede tener. Pero, para obtener todos los beneficios de viaje, tienes que viajar cuando eres joven y tienes las energías para conocer, caminar y atreverte a vivir experiencias extremas.
Puedes hacer todas las cosas locas de las que sabes que probablemente te arrepentirás. Por suerte eres lo suficientemente joven y tienes tiempo para olvidar y superar los “roches” que puedas hacer.
Tirarte de un puente, saltar en paracaídas, salir semidesnuda a bailar a la calle, cantar y dar un espectáculo improvisado en un bar con todos viendo, besar de la nada a un completo desconocido o gritar con todas tus fuerzas son cosas que probablemente hagas en un viaje. Son experiencias, a veces cometerás errores, pero todo te sirve para aprender.
Puedes ver el mundo con ojos que aún no han sido contaminados por prejuicios. Tenemos que entender que algunas de las cosas más simples, cosas que muy bien podríamos dar por sentado, se hacen de manera diferente en otros lugares. Cuanto más viejo te haces, más te conviertes en un conjunto en todos tus caminos, y tienes menos posibilidad de estar abierta a probar cosas nuevas y ver las cosas desde una perspectiva diferente.
Tienes la oportunidad de conocer a gente de tu edad y ver cómo viven. Esto es mucho más difícil cuando eres mayor, ya que casi todo el mundo tendrá puestos de trabajo y / o matrimonios. Con la edad viene la responsabilidad y la responsabilidad viene la falta de tiempo libre. Lo mejor es viajar cuando sabes que va a ser más propensa a conocer a personas que tendrán tiempo para estar contigo y mostrarte su ciudad.
Vas a ser una mejor persona, más completa. Estarás influenciada por todo lo que has probado y todo lo que experimentaste. Con cada nueva experiencia viene un filtro para procesar información. Estar expuesta a la diversidad, literalmente, te va cambiar la forma de ver el mundo. Debemos viajar y aprender a una edad más joven y luego seguir haciéndolo durante toda nuestra vida, siempre aprendiendo cosas nuevas de nuestros viajes.