Road trip por la Costa Alegre

Este estrecho de costa del Pacífico esconde algunas de las playas más hermosas del país.



Manzanillo
Hasta este puerto llegaba, cargado de mercancías, el galeón de Manila que venía desde China y Filipinas en los siglos xvii y xviii. Hoy, en este importante enclave del Pacífico, los viajeros pueden hacer una escala para disfrutar de un paseo por el centro histórico y por su más famoso resort que parece salido como de una película de Aladino: Las Hadas. Acá no aplican ni las modas ni los años.

Barra de Navidad
Del puerto industrial al pueblo de pescadores. Barra de Navidad es una población pequeña que se sitúa entre una bahía y una laguna, ideal para los que disfrutan de la pesca deportiva. En la Isla de Navidad hay un gran resort con campo de golf incluido para quienes practican este deporte.

Careyes
La más exclusiva playa del Pacífico se ha mantenido así, casi virgen, gracias al bajísimo desarrollo de espacios para el turismo. La mayoría de las construcciones son casas privadas. Hay, eso sí, un complejo de casitas para rentar que son un verdadero lujo (y no por el precio, sino por la ubicación y las vistas). Las playas Rosa, Careyitos, Morro Prieto, Pérula y Chamela son ideales para pasar el día en absoluta paz y soledad.

Las Alamandas
Rumbo hacia el norte, en Costa Majahuas, hay una serie de playas tranquilas y poco visitadas: La Peñita Pintada, Majahuas, Cruz de Loreto y Punta Peñitas. Justo aquí, en medio de una reserva natural que tiene más de 1 500 hectáreas, se encuentra Las Alamandas, un espacio boutique de lujo con apenas 16 suites.

Yelapa
Antes de llegar a la gran ciudad se ubica esta pequeña bahía, como aislada de todo, como separada del mundo. Un pequeño pueblo de pescadores en la ladera de la montaña y un hotelito boutique sencillo pero encantador, con espectaculares vistas: Verana. Es la única opción de hospedaje en esta bahía a la que sólo se puede acceder en lancha.

Puerto Vallarta
Nuevo y Puerto Vallarta forman uno de los complejos turísticos más importantes del país: aquí la oferta es infinita, para todos los bolsillos y gustos. Lo que más nos gusta es que uno puede disfrutar de un pueblito animado, para pasear, comer y beber y, después, refugiarse en alguno de los espectaculares resorts de complejos, como Punta Mita.
Anterior Los Cabos: de cómo volver a empezar
Siguiente En viajes internacionales, el mar es una buena elección para disfrutar con bebes y chicos