Maja y Alan tenían ganas de ir a ver las salinas marinas en Sečovlje, en la frontera con Croacia, así que para allá fuimos.
La mayoría de estas salinas fueron modernizadas en los 70s, y luego compradas por Mobitel, la compañía de telefonía celular más grande del país, que vende el producto en sus puntos de venta como rareza nacional ("haga patria compre sal eslovena, caracho").
El resto de las salinas, por su riqueza histórico-cultural, quedó bajo la protección del Estado, y hoy en día siguen produciendo sal de muy buena calidad, extraída artesanalmente con los mismos métodos que hace 200 años. También armaron en uno de los antiguos galpones un museo que cuenta la historia de la producción de sal en la región a través del tiempo, con mucha información, fotos y mapas.
El proceso de la extracción de la sal es complicado y radicalmente distinto al de nuestras argentinas salinas desérticas, pero basta con decir que una familia tipo sacaba entre 7 y 10 toneladas de sal por día, dedicándole a la labor nada más que hora y media de trabajo cada día. Bien diferente a las condiciones de pseudoesclavitud a las que son sometidos los trabajadores de las Salinas Grandes, ¿no? En fin, aquí hoy en día se sigue extrayendo esta misma cantidad, si bien por estudiantes de historia o similares, que van a Sečovlje a adquirir experiencia.
Nota de color: las salinas están, como dije, en la frontera con Croacia. Lo simpático es que para llegar a ellas tenés que salir de Eslovenia, a los 100 metros doblar a la derecha, y manejar a lo largo de la frontera sin entrar nunca a Croacia. Ergo, estuvimos unas buenas cuatro horas en la tierra de nadie (sí, ya sé que en realidad seguimos todo el tiempo en Eslovenia, pero así y todo detrás del puesto de frontera).
Obviamente, yo ya contaba con mi pasaporte archisupermegalegal, y conseguí de esta manera dos sellos más. Más ridículamente todavía, como al volver había mucho tránsito, desviamos por Italia para llegar más rápido. Imaginate el concepto: cambiar de país porque la autopista va más rápido del otro lado. Las particularidades de las fronteras no acaban aquí, no. Estoy preparando un post al respecto con fotos que creo serán muy interesantes.',
descripcion = 'Las salinas marinas de Sečovlje, en la frontera entre Eslovenia y Croacia, combinan modernización y tradición, con métodos de extracción de hace 200 años. Algunas salinas son operadas por Mobitel, mientras que otras están protegidas por su valor histórico-cultural. Un museo en el lugar cuenta la historia de la producción de sal. Sečovlje ofrece una experiencia única para estudiantes de historia y curiosos, con la particularidad de estar cerca de la frontera sin entrar a Croacia. Además, la proximidad a Italia permite un rápido cambio de país por conveniencia de tráfico.