La vasta y bella bahía de El Faro de Bucerías está coronada por enormes montes, ásperos peñascos y abundantes islotes que enriquecen con su belleza panorámica a las grandes maravillas del entorno marítimo.
Estamos ante uno de los lugares costeros más hermosos de las cosas michoacanas.
En esta playa mexicana, el mar, de una tonalidad que va del azul oscuro al turquesa, cuenta con una grata temperatura durante casi todo el año, aunque no todas las áreas son propicias para la natación. La zona izquierda de Faro de Bucerías es la mejor para los bañistas y quienes gustan del esnórquel, por su suave declive y apacible oleaje. El resto de la playa se presta solamente para nadadores con experiencia por las fuertes corrientes marinas que allí se presentan.
Los visitantes hallarán en el lugar varias enramadas donde colocar tiendas de campaña y colgar hamacas. En cada una de estas enramadas existe un pequeño restaurante donde se preparan ricos platillos preparados con mariscos y pescado y muchas de ellas tienen sanitarios y regaderas.
Los arrecifes del lugar son fascinantes por su abundancia de especies marinas. En la parte izquierda de la playa hay un montículo muy singular. En su zona posterior existe una notable estructura cubierta de algas que se extiende horizontalmente varios metros mar adentro. Las olas han creado pozas y pasadiscos donde se advierten a simple vista corales, cangrejos, algas y erizos. Es un atractivo acuario natural que hace las delicias de los aficionados al submarinismo.
Los fondos marinos son también de exploración imperdible para una gran cantidad de visitantes, los cuales tienen la oportunidad de observar los restos de un navío japonés hundido. Por lo demás los cerros que protegen Faro de Bucerías ofrecen a la vista de los turistas una impresionante panorámica.
También interesantes son las playas en miniatura que se han formado entre los riscos y las montañas, las cuales se prestan para el goce y la contemplación.
Además, Faro de Bucerías es un lugar excelente para los pescadores de orilla quienes son capaces de capturar jureles, pargos, sierras y agujones. También es acertado visitar el faro que da su nombre a la playa, desde donde se puede tener una hermosa y grata vista de la bahía y sus inmediaciones.
No lejos de Faro de Bucerías se encuentra La Llorona, una solitaria playa de gran tamaño que se caracteriza por su tersa arena. Es un lugar de mágico ambiente por la bruma y el efecto espejo que se produce en el mar cuando baña la arena. Esto da la sensación de que la playa es un espacio ilimitado. Visita Faro de Bucerías en la Semana Santa.