Por favor, ¿podrían cambiar las sábanas de la cama de los niños? o ¿tienen un tentempié libre de gluten? son algunas de las preguntas que más de uno hemos tenido que hacer en un hotel para obtener el servicio de habitaciones necesario, específico, particular.
Gracias a las palabras, que a menudo nos queremos ahorrar. Como se quieren ahorrar en un nuevo servicio de habitaciones a través de emoticonos, ¿es el futuro de los hoteles?
Estoy segura de que no, al menos tal y como usamos los emoticonos hoy día, tan simplificadores y sin opción de dar detalles acerca de lo que queremos decir, de los que nos hace falta o desearíamos en el caso de un hotel. Pero para cosas más sencillas, sí. Y es lo que han pensado los responsables de un hotel en Nueva York, que ya dispone de este servicio para sus clientes.
En concreto, se trata del Hotel Aloft Manhattan Downtown de Nueva York donde, mediante ‘Text it, get it’ (TiGi), los clientes podrán escoger de entre el menú con seis categorías de emoticonos en función del tipo de producto que quiera solicitar, de manera rápida e intuitiva.
Servicios de pago, eso sí (entre los 10 y los 30 dólares), como tarjetas turísticas para conocer la ciudad, snacks dulces, cargador del móvil, "pack anti-resaca", pasta de dientes o un regalo sorpresa.
Para acceder a este servicio solo tenemos que incluir el teléfono del hotel en nuestro móvil, y de este modo podremos acceder al menú y comunicarnos con los responsables. Por supuesto, la respuesta de que nuestra petición está siendo tramitada se hará a través del simbolito del pulgar hacia arriba.
Llama la atención una de las justificaciones de sus responsables, y es que, en el caso de estar de resaca, el cliente puede no tener ganas de hablar por teléfono ni dar ningún tipo de explicación, por lo que con un simple dibujo puede tener una aspirina o una botella de agua vitamínica.
No me cuadra mucho que se quiera cobrar por tener pasta de dientes o gel de ducha, que están entre los "amenities" imprescindibles para la mayoría de viajeros. Ni aunque hayamos hecho un gasto extra de este tipo de cosméticos, se justificaría que no nos los repusieran de forma gratuita.
Otra cosa es que necesitemos algo especial por lo cual sí pagaríamos, algún tipo de champú, cremas... Pero, de nuevo, esto es difícilmente explicable a través de un sencillo emoticono.
Para las personas con problemas de habla sí puede ser una ventaja, aunque imaginamos que también podrían hacer su petición por escrito a través del móvil y dando los detalles necesarios. En cualquier caso, no se cerrarán las opciones más "tradicionales", ya que, de momento, los emoticonos se reducen a media docena de pedidos específicos.
Del mismo modo que los robots recepcionistas no creo que sean el futuro de los hoteles, los emoticonos para el servicio de habitaciones opino que se quedarán en una anécdota curiosa y de efectividad limitada, al menos por un tiempo, hasta que de verdad ese lenguaje simplificado deje de serlo tanto.