Algunas personas podrían pensar que los deportes extremos son actividades arriesgadas que no tienen justificación.
Para muchos, la tentativa de escalar un muro de cientos de metros, de domar una ola inmensa o de lanzarse desde un cerro con el parapente, es algo poco juicioso y sin sentido. Lo más asombroso es que, quienes opinan así, puede que no tengan poca razón. Y sin embargo, los deportes extremos y la aventura tienen algo que cautiva a quienes los experimentan. A veces una sola vez que se los experimente, basta para enganchar a cualquiera y despierta una pasión incontenible por volverlos a practicar. Pero entonces, ¿Por qué nos fascinan los deportes extremos?
Las personas que practican deportes extremos, en muchas ocasiones utilizan artefactos y tecnologías de apoyo, como se observa en la persona de la fotografía que les compartimos. De modo que parte del atractivo que tienen los deportes extremos, tiene que ver con aprovechar los recursos que se obtienen de los espacios naturales (diversos materiales y energías), para crear objetos que nos permitan dominar a la propia naturaleza.
A final de cuentas, y como hemos visto, los deportes extremos son fascinantes porque nos permiten un acercamiento emocionante y con mucha adrenalina, a la naturaleza en sus fuerzas e impulsos. Es como reencontrarse con lo que uno es en lo más profundo de su propia naturaleza: un volver a casa único, extremo y difícil de olvidar.