De apariencia poco convencional y de una consistencia extrañamente pastosa, el tajate oaxaqueño sorprenderá a los consumidores primerizos su fresco sabor, sus características nutritivo y su efecto vigorizante.
Se trata de una de las bebidas más tradicionales de México, en especial de los valles centrales de
Oaxaca, donde desde tiempos inmemoriales se ha considerado un elixir con mágicos atributos.
Esta bebida milenaria fue popular en gran parte de mesoamérica, no obstante en la actualidad son las etnias zapoteca y mixteca las que han sostenido la tradición del tejate, especialmente en las zonas rurales.
El tejate típico lleva por ingredientes principales harina tostada de maíz, granos de cacao fermentados, semillas de mamey y flor de cacao también conocida como rosita de cacao, la cual se da muy bien en San Andrés Huayapam. Todos estos ingredientes son molidos hasta formar una pasta, que se debe mezclar con agua fría, cuando esto sucede, la flor de cacao se eleva a la parte superior del recipiente para formar una espuma pastosa. El sabor original no lleva azúcar, sin embargo en la actualidad casi todos los vendedores endulzan la bebida.
Entre la historia y la ficción, se dice que el tlatoani mexica, Moctezuma II, era un asiduo consumidor del tejate, ya que pensaba que esta bebida servía para mantener su mente alerta, clara y además era la llave a la eterna juventud. Asimismo, se dice que esta bebida se utilizaba como afrodisíaco, idea que sigue siendo difundida en el imaginario popular del pueblo oaxaqueño.
En el municipio de San Andrés Huayapam se celebra anualmente la Feria del Tejate, entre los últimos días de marzo y principios de abril.
En los valles centrales de Oaxaca, y en particular en la ciudad de Oaxaca de Juárez es común la venta de tejate durante todo el año. La mayoría de los mercados o plazas públicas ofrecen la bebida a un precio módico que generalmente no sobrepasa los 10 pesos.