El paraíso está en México, ¡de verdad! Si no nos crees, es porque aún no has visitado estas islas del Caribe… te dejamos nuestros consejos, para que te animes a conocerlas.
Holbox
La isla de Holbox está separada del continente por un canal poco profundo desde cuyo costado sur se divisa la península de Yucatán. Sus calles de arena se estancan con la lluvia y para atravesarlas han convertido carritos de golf en taxis amarillos.
Es una esquina remota para comulgar con el silencio, donde las olas llegan casi siempre suaves a la playa porque rompen lejanas en los arrecifes, incluso cuando hay norte.
Es una isla tranquila mas no perezosa: su gente se entrega al mar antes del alba y regresa temprano a puerto, navegando en botes panzones por tanta pesca y con la cara llena de sol; un cortejo de aves marinas siempre les precede.
Cuando los pescadores se descubren el rostro, tapado con trapos para protegerse de la brisa salina, sus arrugas parecen surcos blancos sobre la piel quemada, y se dice en el pueblo que las muchachas los prefieren así porque es señal de que sonríen mucho.
Isla Mujeres
–¡Turistas…!–, se lamentaba Salvador. –¿Por qué les será tan difícil recoger su basura? ¡Allí están los botes!… ¡Use the trash cans!–, le gritó a una pareja de nacionalidad indefinida que leía bajo una palmera.
Las autoridades del Municipio de Isla Mujeres celebraban la reciente certificación White Flag entregada a la Playa Norte por tratarse de una de las más limpias del planeta, y el voluntario de Brigada “El Verde es Paz”, Salvador Varela, se tomaba muy en serio su misión de mantenerla como tal.
En el extremo que mira al poniente en el horizonte se pueden observar los resorts all inclusive de Cancún, mientras en Isla Mujeres brilla el último rayo de sol a mitad de un cielo abierto: “#DeEsosMomentos en los que de verdad te sientes como si estuvieras en una #isladesierta, #nofilter”.
Caminando por el centro del pueblo, las casitas de madera pintada paracen de alguna postal de Jamaica o Saint Kitts; al doblar una esquina, un busto dorado de Benito Juárez rompe la ilusión. A tramos la isla se presentaba casi toda urbanizada, pero sobre su costado oriental, de cara al mar Caribe, hay alargadas playas vacías protegidas por farallones de roca gris.
Otro puntos que no debes dejar de visitar en esta isla del caribe es la laguna Makax, donde hay tortugas, y la hacienda del pirata Fermín Mundaca, que resguarda un faro blanco y está atravesada por un parque escultórico con obras que celebran la vida, el mar y las islas en metal, al fondo del cual encontrarás un monumento de piedra: el santuario de la diosa maya del amor, Ixchel.
Cozumel
A cien pies de profundidad, los aficionados al buceo tienen visibilidad de cien por ciento bajo una luz turquesa. Los pececillos de rayas negras reparten besos a la concurrencia humana. Por allá nadan un pez luna, cirujanos azules y un pez perico de escamas iridiscentes.
El arrecife tropical es el segundo más grande del planeta, Chankanab.
Sobre la carretera Rafael Melgar de Cozumel, otra de las islas del Caribe, a lo lejos hallarás un bar de playa atendido por un hombre risueño. Un lugar que promete estar abierto 25 horas al día es el refugio de verdaderos amantes de las botellas.
De camino allá, verás una franja verde de selva a un costado y una lengua de asfalto gris al centro; del otro, arena blanca, bares de playa y el azul ultramarino de Cozumel. La vida aquí es dulce, sin prisas, de olores cítricos, luz marina, colores pastel. “Island Time”, dicen bien los turistas.