Una de las visitas más recomendables en Río de Janeiro es subir hasta el monolito de Pan de Azúcar con el famoso teleférico Bondinho do Pão de Açúcar y disfrutar de las mejores vistas panorámicas a toda la ciudad brasileña.
El morro de Pan de Azúcar, o Pão de Açúcar, en portugués, es una formación rocosa de 396 metros de altura situada en el barrio de Urca, en la boca de la famosa bahía de Guanabara, en Río de Janeiro, Brasil. El elemento destacable que caracteriza la zona es un monolito que consiste en una roca metamórfica de granito, que se cree surgió a raíz del choque de las placas tectónicas de los continentes sudamericano y africano, y sufrió alteraciones geológicas por la presión y temperatura.
Existen varias versiones sobre el origen del nombre de este maravilloso lugar. Una de las más conocidas explica que, durante el apogeo del cultivo de la caña de azúcar en Brasil, entre los siglos XVI y XVII, después de que se exprimiese la caña y se pusiese a hervir el caldo durante el proceso de producción, los pedazos de azúcar eran amontonados en forma de largos conos de punta redondeada para el transporte. Estos conos se llamaban ”panes de azúcar”. Por la semejanza de estos conos al peñasco, el monolito pasó a conocerse como Pão de Açúcar.
Otro aspecto característico es el teleférico que, con capacidad para 75 pasajeros, recorre la ruta entre los morros de Babilonia y Urca cada cinco minutos. Se le conoce como “Bondinho do Pão de Açúcar” y la línea se construyó en 1912. El recorrido consta de dos paradas, con espectaculares miradores en cada uno, desde los que se pueden obtener las mejores vistas de todo Río de Janeiro. Cada mirador, además, dispone de restaurantes de comida rápida, cafeterías y tiendas de varios tipos.
El traslado en el teleférico ofrece un maravilloso escenario de 360 grados de paisajes deslumbrantes, entre los que se pueden reconocer, desde lo alto del peñasco, las playas de Copacabana, Ipanema o Leblon, el imponente macizo de Tijuca con su majestuoso Cristo Redentor, o Corcovado, la bahía de Guanabara o la isla del Gobernador, entre otros.
Asimismo, el Pan de Azúcar se puede convertir en un interesante atractivo para los amantes de la escalada o el rappel. Y es que los visitantes pueden escalar el monolito, además de los dos otros picos del área (el morro de Babilonia y el de Urca). El conjunto forma una de las áreas urbanas para escalar más grandes del mundo, con hasta diez altas pendientes.
En definitiva, si alguien ha visitado otros lugares de Río de Janeiro, no sentirá que ha obtenido una buena vista completa de la ciudad carioca hasta que haya subido al famoso Pão de Açúcar.