El puerto de San Blas es uno de los íconos turísticos del Pacífico mexicano gracias a su abundancia de belleza natural, delicias gourmet e importancia histórica.
San Blas se encuentra a unas cuatro horas en auto de Puerto Vallarta. Conocido por sus playas inmaculadas, la ciudad tiene una población de 10 mil habitantes. Los surfistas lo consideran un punto importante, pero los visitantes sólo encontrarán paz y tranquilidad, y tal vez algunos restaurantes de mariscos.
Los observadores de aves no necesitan buscar más; San Blas es un paraíso tropical con una gran variedad de ejemplares. Cubierto de manglares, estuarios, lagunas y playas, este es uno de los santuarios naturales más importantes para aves en el hemisferio occidental. De acuerdo con los estudios realizados por la Audubon Society, San Blas es el hogar de 300 especies de aves, lo cual lo ubica en segundo lugar sólo detrás de Panamá. La mayoría de esas especies viven en áreas que son accesibles a los visitantes. Los mejores meses para observarlas son de octubre a abril.
Bahía de Matanchén, la playa principal, satisfará las demandas de los amantes del surf, esquí acuático, veleros y el buceo, mientras que la playa Las Islitas es el lugar ideal si deseas relajarte. Otras atracciones son las ruinas del Fuerte San Basilio, fundado en 1530; La Contaduría, construido en 1770; las ruinas del Templo de Nuestra Señora del Rosario, construido en 1769; y la antigua Aduana Marítima, convertida a la Casa de la Cultura. Se recomienda ampliamente una visita a La Tovara, un parque natural con cuevas, una incubadora para la conservación y reproducción de cocodrilos, y un manantial con agua cristalina rodeado por pequeños restaurantes de cocina regional.
A sólo un kilómetro y medio se encuentra Singayta, donde puedes rentar caballos, bicicletas o un bote para pasar por la selva y los manglares. La isla Isabel se encuentra a 70 kilómetros, la cual es de origen volcánico con acantilados e impresionantes playas, un refugio para miles de aves. Mexcaltitán es una pequeña isla de manglares y tierras bajas que ha sido reconocida como la legendaria Aztlán, el sitio de nacimiento y hogar de la civilización azteca; es un lugar único ya que su pequeña área incluye una sección urbana bien desarrollada con calles que se convierte en un canal navegable durante la temporada de lluvias, una plaza central, una iglesia y un interesante museo.