Salerno
La provincia de Salerno es un conjunto de emociones únicas.
Es la belleza de sus litorales costeros. Es el encanto de su antigua historia. Es el perfume de su naturaleza virgen.Por todo ello es imposible no dejarse fascinar y conquistar cada vez que se pisa esta tierra. Se necesita muy poco para descubrir su magia.
Los Apeninos, auténticos monumentos de la naturaleza, enmarcan una realidad de suaves brisas marinas, pequeñas bahías y ensenadas, litorales vírgenes, cursos de agua rodeados de verdes bosques, pueblos pintorescos, lugares con una historia lejana de antiguas tradiciones, de cosas hechas con amor. No falta nada.
Y si el encanto de la costa captura la mirada, el interior roba el alma de quien lo explora.
Su maravilloso litoral, rico en playas, acantilados y grutas espectaculares, se asoma a esa espléndida esfera de infinitos colores que es el mar, anticipando el esplendor del paisaje del interior.
Verdes valles atravesados por las aguas del río Sarno, con los Montes Picentini y Lattari que parecen vigilar y proteger la zona, paisajes diseñados con cultivos geométricos entre los que destaca el rojo intenso de los tomates San Marzano. Una tierra acogedora que ofrece a quien la visita sabores y olores, quietud y silencio, mientra narra su historia pasando entre villas, iglesias y castillos, tradiciones populares y eventos culturales.
Una naturaleza que ha sido generosa con cada rincón de la provincia de Salerno. Cuando se entra en el Cilento se tiene la seguridad de que esto es cierto. Paredes rocosas excavadas por grutas y barrancos, playas de arena blanca, vegetación mediterránea y un mar de mil matices. Así es la costa del Cilento, que de Agropoli llega hasta Sapri, pasando por los muchos y pintorescos pueblos llenos de historia.
Dejando el mar, se entra en el corazón del Parque Nacional del Cilento y el Valle de Diano, un cofre lleno de tesoros naturales, donde el verde se intensifica con bosques de robles, arces, fresnos y castaños que, en las montañas, se dejan reemplazar por densos hayedos. Un mundo de contrastes que conviven gracias a la armonía de esta naturaleza única.
Un viaje por esta tierra se quedará grabado en la memoria del corazón.
Que hacer en Salerno
Mar y naturaleza: ¡un gimnasio al aire libre!
La belleza de los fondos marinos y el color intenso del agua son tentaciones irresistibles para los amantes del snorkel, del seawatching o del buceo. Windsurf, kitesurf, surf, vela y canoa son para quienes prefieren vivir el mar bajo el sol.
Una excursión en barco en busca de bahías escondidas o para visitar las grutas marinas es una experiencia que brindará emociones y recuerdos inolvidables.
Si sus vacaciones ideales requieren relajarse bajo los rayos del sol y bañarse de vez en cuando en un mar cristalino, esta tierra le ofrece infinitas oportunidades, con sus muchas y pequeñas playas y bahías a lo largo de la costa, con los olores de la vegetación mediterránea y la fresca brisa que le acompañan mientras se relaja.
Si se busca el relax se recomienda vistar las Termas de Contursi o las de Montesano en la Marcellana, donde, gracias a las propiedades curativas de las aguas termales, podrá someterse a varios tratamientos para todo el cuerpo.
Que ver en Salerno
Un diamante en bruto transformado por el hombre en una joya refinada, un trabajo que ha requerido tiempo, esfuerzo y, ante todo, la atención necesaria para llegar a un equilibrio tan perfecto entre la belleza espontánea de la naturaleza y la creada por el genio del hombre: esto es la Costa Amalfitana.
Y el resultado de todo este esfuerzo es evidente. Se puede ver ya al llegar a Vietri sul Mare, puerta de entrada de la Divina Costa.
Dondequiera que miremos nos quedamos fascinados por los intensos y brillantes colores, por la luz que emana de cada rincón, como si el sol les tuviera reservado un trato especial, por las formas que la naturaleza ha grabado en los acantilados, por el azul cobalto del mar que en un punto indefinido se encuentra con el azul del cielo, por las pequeñas y pintorescas casas en la roca, por los rastros dejados por antiguas civilizaciones, por las obras maestras expuestas en este museo natural, por la alegría y la serenidad que transmite la gente, por el aroma intenso de los limones y el color de los olivos, viñedos y jardines en flor.