En nuestro país, la artesanía está integrada a la existencia cotidiana y los festejos populares, a través de técnicas que se transmiten de generación a generación.
Las formas artesanales del México de hoy, se derivan de la combinación del Viejo y el Nuevo Mundo. Tras la conquista española, las tecnologías traídas de Europa se manifestaron en las formas creativas artesanales de nuestro país. Por ejemplo, mientras algunas técnicas artesanales se difuminaron casi por completo, como las plumarias, otras aparecieron con gran empuje. Esto se debió en mucho a las enseñanzas de los misioneros españoles a las comunidades indígenas mexicanas. En el México de nuestro tiempo, los diseños y métodos tradicionales se cultivan al mismo tiempo que las innovaciones más modernas. Como resultado se obtiene una enorme diversidad de productos artesanales de gran calidad y suma belleza.
En lo que se refiere a la alfarería, se continúan usando los procedimientos tradicionales. Las mujeres de la etnia tzeltzal, elaboran sus creaciones sin torno, en poblaciones como Amatenango del Valle, en el estado de
Chiapas, valiéndose sólo de sus dedos para moldear el barro. Posteriormente las superficies de estas piezas se barnizan y ornamentan antes de ser sometidas a cocción.
Con respecto a los plateros mexicanos, estos llevan cientos de años cultivando su arte. Tras la llegada de los españoles, algunas técnicas tradicionales desaparecieron, como fue el caso del moldeado en cera. Sin embargo, los joyeros del México actual conservan una pericia extraordinaria.
En muchos estados de la república se sigue utilizando el telar de cintura. La destreza textil de los tzoltziles y otros pueblos indígenas, se manifiesta en la elaboración de vestidos. Tal y como sucedía en tiempos prehispánicos, las tejedoras indígenas se valen de técnicas como el brocado, para abocarse a la urdimbre en el telar.
La cerámica esmaltada es otro caso interesante y las piezas trabajadas a partir de esta técnica son tan decorativas como funcionales. Estos trabajos deben cocerse en un par de ocasiones, en hornos cerrados que han ocupado el lugar de los hornos prehispánicos. El esmalte que se utiliza para las artesanías de cerámica esmaltada, habitualmente es transparente, pero también se usa el verde, negro y amarillo.
Por último, en lo que se relaciona con el bordado, este último ya se cultivaba en nuestro país, en los tiempos prehispánicos, pero aumentó su popularidad durante el periodo novohispano. Se sabe que la blusa fue una prenda traída desde España.