La impresionante capital de la nación china, Beijing, parece no agotarse en las maravillas que nos ofrece y a continuación nos lo demuestra con los hermosos jardines de Sun Yat-sen.
Localizados a un costado de la plaza de Tiananmen y cerca de la puerta homónima, este vasto espacio silvestre se proyecta como una magnífica alternativa para hallar relajación y a la vez, conocer mejor los antecedentes históricos de este sitio. Por ejemplo, se sabe que en la época Lao, esto es, entre el 907 y el 1125, el lugar albergaba el templo del Renacimiento de la Nación.
Posteriormente, en los días de la dinastía Yan, entre 1206 y 1368, sirvió como jardín real, y fue agregado a las dependencias del palacio, entre 1406 y 1420. Mucho después, Sun Yat-sen fue abierto al público en 1914, un par de años después de haber caído el último emperador. La denominación que luce actualmente, la recibió en 1928, a manera de homenaje a quien fundó la república.
Los jardines de Sun Yat-sen se encuentran repletos de árboles centenarios y un vasto número de atracciones. Una de ellas es un maravilloso pabellón, localizado en las cercanías de la entrada sur y engalanado con un hermoso arco de mármol blanco. Habiendo sido construida en el periodo Qing (1644-1912) esta construcción fue realizada como un homenaje al embajador de Alemania Von Ketller, muerto en 1900 como consecuencia de la guerra de los Boxer.
Por otra parte, la parte suroriental de los jardines de Sun Yat-sen nos lleva a un excelente invernadero, en donde crecen más de 39 variedades de tulipanes. En las proximidades del lugar, también pueden contemplarse el llamado Pabellón de los Ritos, llevado a este sitio en 1928 y ocho admirables estelas que forman parte del Pabellón de las Orquídeas, en donde se observan inscripciones de la autoría del emperador Qianlong.
Al norte de este punto, los visitantes hallarán con una sala de conciertos y con un altar dedicado a la Tierra y el Trigo, que datan de 1420. Con una planta cuadrangular, este espacio se encuentra dividido en cinco secciones que refieren simbólicamente a los cinco puntos cardinales que maneja la cultura china en su versión más tradicional: la tierra, como centro; la madera como el este; el agua refiriendo al norte; el metal, al oeste, y el fuego simbolizando el sur. Otros sitios imperdibles de los jardines de Sun Yat-sen en Beijing son el Pabellón de las Alabardas y el Pabellón de la Oración.