El turista se convierte en viajero, ya no le apetece presenciar desde un escaparate y quiere intervenir, compartir, comprender y aprender con la gente de los lugares que visita.
Prefiere viajar despacio y sin estrés, quiere desconectar de la tecnología y mira al mundo con curiosidad y humildad. El sector turismo, de manera incipiente, empieza a dar respuesta mediante iniciativas sencillas a este nuevo escenario que, según la consultora de investigación y estrategia Labrand, tenderá a imponerse en los próximos años.
Estos cambios de comportamiento en el sector turístico se identifican en el “Informe de cambios de comportamiento en España” elaborado anualmente por Labrand, que en 2014 lleva como título “El factor humano”. En él se refleja un nuevo fenómeno caracterizado “por un foco hacia las personas, hacia la cualidad de lo humano, que se extiende también al sector turístico”, según indica Sergio Prieto, director de Labrand. La consultora explica cómo este fenómeno se manifiesta en el comportamiento del turista a través de tres corrientes: viajar despacio, aprender viajando y la evolución de turista a viajero.
Viajar despacio
Conocer mundo ya no es ver muchas cosas en poco tiempo y estresarse por llegar a todas partes. Se trata de estar a pie de calle o de camino, conviviendo con la gente del lugar y aprendiendo de ellos, sumergirse sin prisa y con curiosidad en un nuevo escenario. Significa también desintoxicarse del estrés y de la ansiedad, así como huir de la dependencia tecnológica.
El auge del turismo a pie, en bicicleta o en tren son indicios de este nuevo comportamiento, a los que iniciativas como el establecimiento “Bed & Bike” en Valencia o el libro “A peu de la Cerdanya a Barcelona. 25 excursions d’estació a estació de tren” (A pie de la Cerdanya a Barcelona. 25 excursiones de estación a estación de tren”) están dando respuesta. Mientras, los hoteles de la cadena Vincci en Marbella, Sierra Nevada y Tenerife ofrecen ya servicios de “Detox digital” como “la oportunidad de liberarse de un mundo sobre-estimulado y volver a conectar con los demás”. Y en Japón nace el “slow taxi”: Turtle Taxi ofrece un viaje lento y relajado a sus ocupantes.
Aprender viajando
Nace una nueva sensibilidad hacia el entorno visitado, tanto natural como social y cultural. Viajar es también un medio para buscar y disfrutar de nuevas experiencias más enriquecedoras, probar cosas nuevas y diferentes, aprender, experimentar, intercambiar y compartir.
En este contexto nace una oferta de tours y guías para turistas interesados en literatura: Literary Tourist aporta una guía y directorios de librerías independientes, puntos de interés y actividades vinculadas con la literatura. La web Baby Rural ofrece divertidas propuestas para veranear en familia en el campo. Aparecen tours de expertos (como Arquitectotours, una agencia de turismo para amantes de la arquitectura), se desarrolla el “astroturismo” para descubrir las maravillas que se esconden en el cielo, y nace el primer Congreso de Gente Curiosa en Barcelona.
Del turista al viajero
El nuevo viajero no quiere encasillarse en viajes estandarizados y desea tomar las riendas de su propio viaje, busca el intercambio y deja atrás la mirada desde un escaparate.
House sitting es una nueva fórmula de intercambio que permite alojarse gratis en casas de otros a cambio de cuidar de su mascota. El hotel Plus One de Berlín conecta a sus huéspedes con residentes locales para descubrir la ciudad según sus intereses. El intercambio de casas por vacaciones crece y España es ya el segundo país europeo con mayor oferta. Y se desarrolla una nueva oferta de “restaurantes en casa”, que reciben a turistas interesados en vivir experiencias auténticas con gente del país o incluso a comensales locales que buscan una nueva vía de consumo colaborativo.
El análisis de más de 3.000 signos permite observar cambios de comportamiento latentes
La identificación temprana de cambios de comportamiento permite a empresas e instituciones orientarse mejor a las necesidades de clientes y ciudadanos. Labrand es capaz de predecir cambios de comportamiento con al menos un año de antelación gracias a una metodología propia y exclusiva que le permite observar y capturar cambios de comportamiento en sus primeras manifestaciones mediante un mapa de signos que analiza más de 3.000 signos. “La suma de signos hace posible identificar y entender nuevos patrones de conducta del ciudadano y prever cambios de comportamiento al menos un año antes de que se hagan evidentes”, explica Sergio Prieto.