El segundo arrecife más extenso del mundo
En México se encuentra el segundo arrecife más extenso del mundo
Esta reserva de la biosfera constituye el territorio natural mejor conservado de Quintana Roo, que comienza unos 15 kilómetros al sur de Tulum y se extiende por toda la costa del Mar Caribe hasta Majahual. Contando su superficie marina, tiene más de 550,000 hectáreas, que incluyen manglares, lagunas, petenes, arrecifes e islotes donde viven decenas de especies de aves, peces y reptiles.
Asentamientos Mayas
Dentro de la reserva de la biosfera de Sian Ka'an hay alrededor de veinte pequeños conjuntos arqueológicos, algunos de los cuales están inexplorados y han quedado sepultados bajo la vegetación. El más relevante se llama
Muyil y es un buen sitio para empezar tu expedición por Sian Ka'an; se localiza en la punta noroeste de la reserva, muy cerca de la carretera 307 que conecta Cancún con Chetumal. Su edificio más alto es El Castillo, una estructura de 17 metros con cinco cuerpos y un templo en lo alto.
Aquí se encontraron dos ofrendas compuestas por más de doscientas piezas de caracol y jadeíta. Le sigue en importancia el Templo 8, que tiene algunos restos de pintura mural. Lo que verdaderamente impacta de esta pirámide son los enormes árboles que crecen sobre la piedra.
Cerca de la zona arqueológica de Muyil, en la laguna del mismo nombre, comienza la aventura. Para llegar a ella hay que seguir a través de la carretera 307 rumbo al sur y desviarse a la izquierda por un camino de arena en el km 205.
Después hay que recorrer a pie el sendero interpretativo que conduce hasta el mirador y el muelle. A lo largo del sendero de madera verás letreros que indican los nombres de los distintos árboles. Además, observarás infinidad de aves y, si corres con suerte, te toparás con un oso hormiguero.
Vale la pena aventurarse por los escalones del mirador de madera para apreciar desde lo alto la laguna Muyil rodeada de selva baja y terrenos pantanosos. Después hay que tomar una panga para cruzar a toda velocidad la laguna y descubrir, del otro lado, el inicio de un pequeño canal refrescante, escondido entre los pastos altos.
Canales prehispánicos
Se sabe que los antiguos mayas, que habitaron la zona justo antes de la llegada de los españoles, trazaron canales que les permitieran navegar de una laguna a otra y, finalmente, hasta el mar. Así, des- de la laguna de Muyil se puede llegar a la de Chunyaxche? y de esta cruzar a la de Campechén, donde se encuentra el viejo puente de Madera de Boca Paila, al otro lado de la reserva. Desde este punto salen lanchas de pesca deportiva hacia el Mar Caribe. En total, los canales miden alrededor de 12 km, por lo que los tours que organizan el recorrido suelen hacer sólo el primer fragmento de Muyil a Chunyax-ché (los participantes ?flotan? en el agua transparente y fresca del canal, dejándose llevar por la corriente con su chaleco salvavidas), y después recorren un pequeño fragmento del Segundo hasta un pequeño templo maya. Sin embargo, en el muelle de Muyil se puede contratar el servicio de panga para llegar hasta Boca Paila, donde hay un par de posadas ecológicas.
Con arena hasta las pestañas
La localidad más poblada dentro de la reserva de la biosfera de Sian Ka'an es Punta Allen, con cerca de 500 habitantes. Se trata de un pueblo de pescadores alejado de todo (aunque sólo está a 50 km de Tulum), pues su acceso es por una estrecha carretera costera de arena que sale de Tulum, pasa por Boca Paila y continúa hasta el final, suspendida entre las lagunas y el Mar Caribe. El terreno, aunque es plano, suele estar en muy malas condiciones debido a la lluvia y la erosión, por lo que es indispensable recorrerlo en una camioneta alta o, de preferencia, un vehículo todo terreno. Hay divertidos tours que te prestan jeeps para conducir hasta allí, pasando vados, disfrutando el mar color turquesa y llenándote de arena de pies a cabeza.
En Punta Allen tienes varias opciones: puedes tomar una lancha para acercarte al arrecife a esnorquelear, navegar en los cayucos mayas que rentan algunos restaurantes, hacer pesca con mosca en la inmensa Bahía de la Ascensión o explorarla en lancha para ver orquídeas, espátulas rosadas, pájaros carpinteros, fragatas y garzas tigre.
Puedes quedarte a dormir en Punta Allen, para presenciar la noche estrellada en un sitio apartado de todo, y regresar al ajetreo de la Riviera Maya al día siguiente. Hay varios hoteles rústicos pero agradables, frecuentados por pescadores de distintas nacionalidades. Además, vale la pena quedarse a cenar, en otoño e invierno podrás comer la langosta más fresca del mundo, según aseguran los propios pescadores locales.