Haciendas, hoteles de lujo
A finales del siglo XVIII, Campeche era el distrito más rico en la península de Yucatán debido a su estatus comercial, naviero y agrícola. La Guerra de Castas, una lucha entre las élites de hacendados de la región y los mayas, disminuyó la riqueza del estado y fue únicamente gracias a la popularidad del henequén (una planta utilizada para fabricar cuerdas y cordeles) que la región y sus haciendas pudieron recuperarse.
Hoy en día, algunas de estas haciendas han sido convertidas en hoteles de lujo y otras están abiertas al público. Entre las más destacadas se encuentra la Hacienda Uayamón, un asentamiento ganadero del siglo XVI que llegó a su apogeo a fines del siglo XVII, cuando su actividad se orientó hacia la caña de azúcar y el henequén.
Fue un modelo de la tecnología y el progreso social de una hacienda del siglo XIX con energía eléctrica, su propio ferrocarril, un hospital y una escuela para sus trabajadores. Hoy en día, la casa principal se ha convertido en un gran hotel. Se encuentra tan solo 27 kilómetros al noreste de la ciudad de Campeche.
Por su parte, la hacienda de San Luis Carpizo, ubicada a únicamente ocho kilómetros de la ciudad de Campeche, está bellamente restaurada. Fue de gran importancia como satélite del estado, apoyando a la ciudad con sus ricas tierras agrícolas. En la actualidad es la sede de la Infantería de Marina del Estado.
Ubicada a 63 kilómetros de Campeche, la Hacienda Blanca Flor fue el escenario de algunas violentas rebeliones durante la Revolución Mexicana (1910-1917), y actualmente funciona como un hotel bajo el mismo nombre.