La Isla de la Juventud tiene tantas bellezas y atracciones que se proyecta como uno de los sitios más interesantes de Cuba, tanto por sus leyendas vinculadas a piratas y bucaneros, como por la variada abundancia de plantas, animales y tesoros arqueológicos, culturales e históricos con los que cuenta.
Laos valores paisajísticos de los fondos submarinos del Centro Internacional de Buceo del Hotel Colony, o el Parque Nacional Marino Punta Francés, son excelentes para divertirse practicando diferentes actividades náuticas.
Medio ambiente natural de la grulla, tiene la población de mayor tamaño de esta especie en la reserva natural de Los Indios, ecosistema en donde también habita la cotorra. También destaca el segundo jardín botánico de Cuba, la Jungla de Jones, y el potencial reproductivo del criadero de cocodrilos que allí se encuentra. Los límites naturales entre el área norte y sur de la isla es Lanier, humedal de gran valía ecológica. En toda esta área de la Isla de la Juventud, los turistas hallarán numerosos vestigios de culturas precolombinas y hasta prehistóricas. Como ejemplo basta con mencionar la llamada Capilla Sixtina del Arte Rupestre y sus antiguas pictografías.
Qué visitar en la Isla de la Juventud
En el destino cubano que les recomendamos sobresalen varios monumentos nacionales, como El Abra, el Presidio Modelo, sitios donde estuvo encarcelado José Martí y el dedicado a quienes sobrevivieron al ataque del Moncada. También es interesante visitar la comunidad pesquera de Cocodrilo, el cual preserva varias casas con el estilo de las antiguas mansiones inglesas. El centro histórico de Cocodrilo tiene una proyección arquitectónica relacionada con el barroco antillano, con varias construcciones de grandes columnas, tejados de color rojo, enormes portales y patios interiores con forma de “U”.
Para diversiones náuticas en la Isla de la Juventud, aconsejamos visitar El Colony, un centro de buceo de gran nivel, así como también el hermoso islote de Cayo Largo del Sur. Son sitios ideales para tomar fotografías submarinas, para desarrollar la pesca deportiva y el bucear en sugestivas profundidades. Cuando se visite la Isla de la Juventud, no hay que perderse lugares cercanos igual de fascinantes, como por ejemplo Cayo Rosario, Cayo Rico o Cayo Iguana, los cuales son de una belleza y niveles de privacidad incomparables, los cuales complementan a la perfección la oferta turística de este destino cubano.
Estamos en el ámbito del Archipiélago de los Canarreos, un conjunto de más de 670 islotes, cayos e islas. Los puntos más atrayentes para el turismo son Cayo Largo y la Isla de la Juventud, si bien en alguno de los otros puntos del archipiélago hay cautivadoras playas para disfrutar. En lo que se refiere directamente a la Isla de la Juventud, se trata de un pequeño paraíso, con playas vírgenes y rústicas separadas de cualquier comunidad o población. La escasa presencia humana las vuelve aún más interesantes, especialmente para los aficionados al ecoturismo.
Cómo llegar a la Isla de la Juventud
Puede visitarse la Isla de la Juventud tomando un avión, en un trayecto de media hora, o bien en catamarán, en un viaje de tres horas, desde la comunidad habanera de Batanabó.
Información relevante acerca de la Isla de la Juventud
Cuando se haga un viaje a la Isla de la Juventud conviene visitar algunas de sus formidables caletas, por tratarse de sitios sumamente propicios para tomar baños en sus cristalinas aguas. Las principales caletas de la Isla de la Juventud aparecen desde la Punta Rincón del Guanal hasta Punta de Pedernales. Los turistas quedan asombrados por el atractivo panorámico de sus playas y de las profundidades marinas de la zona.
Actividades a realizar en la Isla de la Juventud
Por último, vale la pena mencionar algunas de las principales caletas de la ínsula, como es el caso de la Caleta del Inglés, Caleta de Lugo, Los Caletones, Caleta del Infierno, Caleta Cocodrilo, la del Jorobado, Purgatorio, la de Agustín Jol y la de Carapachibey.
También es divertido pasear por la costa sur, la cual es nombrada por algunos lugareños como la de los Piratas. El aislamiento que exhibe esta parte de la Isla de la Juventud, fue de gran utilidad para los bucaneros que intentaban ocultarse, en el marco de sus correrías, especialmente entre los siglos XVII y XVIII.