Brasil

Jericoacoara

Jericoacoara estuvo considerada durante largo tiempo, como una playa buscada solo por aventureros.

Para muchos era solo un paraíso, poco conocido, propicio para la libertad y las emociones fuertes. No obstante, tal perspectiva fue cambiando radicalmente a partir de la década de 1990.

Desde entonces Jericoacoara comenzó a ser mencionada en los medios de comunicación, especialmente en los estadounidenses. Numerosos turistas la incluyen dentro de la lista de las diez playas más hermosas del planeta. Desde entonces Jericoacoara fue utilizada como escenario para anuncios publicitarios y catálogos de viajes vacacionales.

La humilde villa de pescadores cearense, inició su desarrollo para el turismo. Desde entonces mucho cambió su ambiente, para aumentar el disfrute de quienes la visitaban. Jericoacoara es, actualmente, una playa mística pero accesible, si bien no lo es tanto en comparación con otras célebres playas brasileñas. Lo anterior ha derivado en que aún no se haya hecho presente el turismo masivo y así, se siga percibiendo un encantador aislamiento en este lugar.

No deben esperarse ni grandes resorts, ni clubs de playa. Lo único que si puede hallarse en la zona, son posadas con precios muy accesibles, especialmente en temporada baja a nivel turístico, la cual se presenta entre los meses de marzo y junio.

Que visitar en Jericoacoara

El atractivo más destacado de esta playa brasileña son las grandes dunas que se levantan a orillas del mar, lagunas de aguas cristalinas y una rica biodiversidad. Ensenadas, montes y playas inmensas, son lo que priva en Jericoacoara.  Tales elementos contrastan con la avidez desértica de los alrededores. Estas famosas dunas cambian y se desplazan con el viento y esto favorece que el destino que les comentamos esté considerado como un Santuario internacional para la práctica de diferentes deportes acuáticos como el kitesurf y el windsurf.

A estas dunas sugestivas, se le agregan, como elementos que distinguen a Jericoacoara, varias estructuras rocosas, como es el caso de la llamada piedra furada, una estructura rocosa sumamente erosionada con un enorme agujero en el centro. Además estas formaciones rocosas dejan ver un gran arco, el cual, en los meses de junio, julio y agosto, permite capturar paisajes del mar, enmarcado por este formidable arco rocoso.

De hecho, el ocaso sobre el mar, es otra de las atracciones más interesantes de Jericoacoara, y aunque este espectáculo natural es frecuente en las playas del pacífico sudamericano, es raro de contemplar en las playas de Brasil. Solo otras dos playas brasileñas rivalizan con Jericoacoara en la belleza de las puestas de sol que allí se pueden contemplar y son las de Ipanema y Farol de Barra.

Como llegar a Jericoacoara

La comunidad de Jijoca de Jericoacoara se localiza a unos 300 kilómetros de Fortaleza y al no haber carreteras asfaltadas en el último tramo desde Jijoca, este debe de realizarse en vehículos 4x4. Son algunos kilómetros desde Jijoca a Jericoacoara en un trayecto aproximado de una hora de duración.

Información relevante acerca de Jericoacoara

En este destino brasileño el sol y la naturaleza inician su Singapur de las 5 de la tarde como sucede con los lugares cercanos al ecuador. Es entonces cuando los turistas ascienden a una alta duna para contemplar las hermosas puestas de sol.

Además para quienes lleguen a Jericoacoara con la expectativa de conocer una de las mejores playas del mundo y se desencanten al observar el tono azul tan normal de sus aguas,  hay que tomar en cuenta una circunstancia: el color del mar en esta playa brasileña depende en mucho de la estación del año que se presente, la orientación de las corrientes marinas o bien, si se han presentado recurrentemente tormentas o mareas. Por tal motivo en ocasiones pueden ser las aguas de un profundo turquesa o de una tonalidad esmeralda.

Actividades a realizar en Jericoacoara

Es aconsejable hacer recorridos por las cercanas lagunas de Paraíso y Azul, las cuales se ubican a unos 5 kilómetros de la playa. Se trata de paradisiacos cuerpos de agua vinculados entre sí en  ciertos puntos, de modo que, desde ciertos ángulos, parece que estuviéramos en algún paraje de la Polinesia o del Caribe.

En temporada vacacional baja, la soledad del paraje de Jericoacoara puede ser impresionante. Por tal motivo, dar paseos por las grandes playas en la bajamar nos deja experimentar la sorpresa de pasar de zonas desérticas a pequeños oasis abundantes cocoteros y verde vegetal.

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