Guilin es una de las ciudades más visitadas en la República Popular China.
Esta localidad situada en la orilla oeste del río Lijiang tiene una población cercana a los 700.000 habitantes y se encuentra al noroeste de la Región Autónoma Zhuang de Guangxi. La mayoría de los turistas que optan por un viaje organizado se decantan por una estancia de 1 o 2 noches, el tiempo suficiente para embarcarse en un crucero por el río Lijiang. Este es su mayor reclamo aunque no el único. Por eso mismo, si viajamos por nuestra cuenta y disponemos de más días, os aconsejaríamos quedaros un par de noches más por los alrededores para conocer mejor la zona.
Estamos ante una maraña de montañas cubiertas por vegetación, imponentes, otorgando grandiosidad a la localidad una belleza fuera de toda duda. Al igual que nosotros, los pescadores chinos comparten una de nuestras costumbres más arraigadas: la siesta. Es habitual verlos echar una cabezada sobre sus pequeñas barcas, dejándose llevar por la corriente. Usan un método peculiar para la pesca. Utilizan como anzuelo una especie de pato, los atan a la barca con una cuerda en el cuello y cuando cogen un pez, dado que no pueden tragarlos por culpa de la cuerda, se lo quedan los pescadores.
El área de la que os hablamos ocupa un total de 27.809 Km², siendo 565 km² los que corresponden a Guilin. Si tomamos el crucero por el río, lo podemos contratar en la mayoría de los hoteles con un coste aproximado de 50-60 euros, asistiremos a un viaje de unas 4 horas lleno de impactantes panorámicas, de película, de una postal para enmarcar.
En el caso de que vayamos en verano, deberemos salir al alba, nada más salir el sol para evitar sus rayos y los molestos mosquitos que inundan el río. La vuelta al hotel la haríamos en autobús.
Como sabemos que a los viajeros os gusta conocer un poco la Historia del lugar al que vais a visitar, vamos a continuación a dejaros algunas pinceladas del paso de los años en Guilin.
Comenzamos en el año 111 a. C., cuando se creó el condado de Shi An gracias al emperador Wu de la dinastía Han. Podríamos decir que se puede considerar como el inicio de la actual ciudad. Pasaron los siglos y la localidad tomó el nombre de Guizhou en el año 507. La ciudad vivió una próspera era durante las dinastías de Tang y Song y se instalaron guarniciones militares por ser una zona fronteriza con el gobierno central.
Para impulsar el comercio agrícola, se construyeron canales a lo largo de la ciudad para emplearlos como una autopista para el transporte. De esta forma, los productos eran trasladados desde Yangzi hasta el sur del imperio. Más tarde, durante la dinastía Ming, Guilin se vio convertida en la capital de la provincia de Guangxi.
Pasan los años y aterrizamos a comienzos del siglo XX. Estamos en 1914 y Guilin deja de ser la capital, dejando el testigo a la ciudad de Nanning. Muy pronto se convirtió en un gigantesco cuartel general del ejército de Sun Yat-sen y tras el paso de unas décadas difíciles, a partir de 1940, la ciudad recibió su nombre actual. Con el fin de conservar el patrimonio cultural y natural, el gobierno ordenó en el año 1981 que debía recibir una protección especial. En la misma ordenanza, las ciudades de Pekín, Suzhou y Hangzhou fueron incluidas también.
Dejando a un lado la ciudad de Guilin y el río Lijiang, encontramos infinidad de lugares de interés para el visitante. Si no tenemos suficiente con las torres de piedra caliza o las pagodas no debemos preocuparnos. Los sitios más populares de la zona son:
La Colina de la Trompa de Elefante.
El Parque de las Siete Estrellas, con una extensión de 120 hectáreas.
La Cueva de la Flauta de Caña que se sitúa en la Colina Fubo a unos 61 metros de altitud.
Guilin es el punto de partida de los cruceros por el río Lijiand hacia Yangshuo y es también un lugar desde donde poder visitar los pequeños, aunque hermosos, pueblos vecinos de Yao, Miao y Dong.
La mejor época para ir es aquélla con la que poder evitar un excesivo calor y las incesantes lluvias: abril, mayo, septiembre y octubre.