Laguna de Nichupté: hay una selva allá afuera

La geografía de Cancún y el resto de la península de Yucatán proporciona un hábitat fértil para millares de especies de plantas y animales: coloridos pájaros, reptiles, monos, leopardos y jaguares.

En la naturaleza caribeña hay belleza por doquier. Aunque en los últimos 20 años Cancún ha experimentado un enorme auge en el turismo, sus residentes se han empeñado por mantener en buen estado la tierra que hace de éste un destino tan especial. Tal es la razón por la cual los ecoturistas viajeros que aprecian el mundo natural y lo combinan con su amor por viajar están descubriendo este sitio y todo lo que ofrece.

La zona hotelera de Cancún ha preservado los santuarios ecológicos. La rodean el mar Caribe y la enorme Laguna de Nichupté, rica en aves acuáticas, peces, cocodrilos, crustáceos y vegetación de manglar. Un singular viaje por la selva permite a los visitantes navegar los canales de la laguna en sus propias motos acuáticas, mientras observan la flora y fauna locales.

Al amanecer, corredores, ciclistas y caminantes pueden gozar de paisajes esplendorosos a lo largo de los caminos que recorren la orilla del mar y la laguna. Muchas marinas en Cancún ofrecen “ecoaventuras” en la Laguna de Nichupté, que se ha vuelto más popular que la selva.

A bordo de tu propio vehículo acuático puedes realizar un recorrido dirigido a través de los densos manglares y visitar una sección de los arrecifes de coral más grandes del mundo, donde podrás practicar esnórquel, asolearte y relajarte antes de volver.

Otra opción es realizar excursiones a los arrecifes a bordo de barcos con fondo de cristal, que te permitirán admirar peces y corales sin necesidad de mojarte. Para excursiones autoguiadas a la laguna, puedes alquilar esquís y motos acuáticas en la mayoría de las marinas. Varias marinas proporcionan barcos para transporte privado que pueden llevar desde dos hasta 200 pasajeros.
Anterior Un reto de golf en Cancún
Siguiente Cancún, arena en tus pies