Italia

Las islas del Golfo de Nápoles: Procida, Capri, Isquia

Para los que aman el mar y el relax sin renunciar a la vida cultural y mundana recomendamos un viaje por las espléndidas islas del Golfo de Nápoles: Procida, Isquia y Capri.



Un fin de semana con algún día más añadido es lo ideal par gozar de las maravillas de estas tres islas y vivir plenamente el mar y la naturaleza.


Procida es la isla más pequeña del archipiélago de Campania y ha sido elegida por grandes directores como marco ideal para sus obras cinematográficas. De origen volcánico, está unida por un delicado puente a la cercana isla de Vivara.

Y no sólo cuenta con el mar como atractivo. Las callejuelas que caracterizan el territorio de Procida permiten combinar el relax de la playa con el atractivo de los edificios y arquitecturas del casco histórico de épocas pasadas. Es digna de mención la Abadía de San Miguel Arcángel que surge en el promontorio de Tierra Murata, sobre el mar, testimonio del papel que desempeñaba en el pasado el lugar como centro religioso y cultural de la isla. Dos de las playas que no hay que dejar de visitar son: playa del Pozzo Vecchio, protagonista de algunas escenas de la película 'El cartero y Pablo Neruda', y la playa de la Chiaiolella, la más visitada de la isla.

Desde Procida, en una media hora, se llega a la isla de Isquia, la mayor del archipiélago.

Ischia acoge a más de seis millones de visitantes cada año, atraídos por un territorio vasto y morfológicamente variado. De los seis municipios que la componen, el de Isquia es el de mayor extensión y aparece dividido en dos partes: Isquia Ponte es el evocador casco histórico característico por sus callejuelas y tiendas antiguas, mientras que Isquia Porto es un pequeño pueblo de pescadores.

El Castillo Aragonés, de Isquia Ponte, es el monumento más visitado de toda la isla, fue construido por el tirano Hierón de Siracusa en el 474 a.C. Una vez que se ha alcanzado la cúspide de la montaña, no hay que perderse la Catedral de la Asunción que fue el telón, en 1509, de las fastuosas bodas de Fernándo de Ávalos y Victoria Colonna, con la cripta que custodia los frescos de Giotto.
Llena de manantiales naturales, Isquia cuenta con numerosos espacios termales, apreciados en todo el mundo.

La última isla que hay que visitar en este viaje por el golfo de Nápoles es Capri, residencia veraniega anhelada desde tiempos antiguos y tierra de poetas, escritores y personajes legendarios.

La celebérrima Piazzetta de Capri es el clásico punto de partida para visitar la isla. Todo aquí es sugerente: desde los espectaculares Jardines de Augusto de los años treinta hasta la Cartuja de Santiago pasando por las maravillosas villas floridas, como Villa Jovis, célebre residencia del emperador Tiberio, que domina todo el Golfo de Nápoles, la Costa Amalfitana y el puerto de Marina Grande. Para aquellos que buscan un mar limpio y cristalino, la famosa Grotta Azzurra de Anacapri es una meta imprescindible, así como los Faraglioni, tres puntas sumergidas en el mar que han resistido a la erosión de la costa y que crean un espectacular efecto escenográfico y paisajístico.

Después del atardecer, las tres islas ofrecen la posibilidad de dar paseos románticos y cenar en los típicos restaurantes con las especialidades de la zona.

Anterior La Isla de Lampedusa
Siguiente Calabria