Nos vemos en "El Adoquín" de Puerto Escondido

Sí, este es un nombre un poco extraño para una calle, pero debemos recordar que Puerto Escondido solía ser un pueblo de pescadores, donde las calles no estaban pavimentadas.

Fue únicamente después del auge turístico que el desarrollo urbano llegó a este poblado, y ésta fue la primera calle que fue pavimentada. Por lo que esta zona comercial que comprende algunas cuadras se conoció como El Adoquín, refiriéndose al material colocado sobre la calle. No preguntes dónde queda la calle Perez Gasga, el nombre oficial, ya que nadie sabrá dónde está.

A diferencia de otros destinos turísticos, Puerto Escondido ha logrado conservar su encanto de poblado pequeño, en gran parte gracias a esta calle principal. Bares, restaurantes, una farmacia, un cajero automático, ropa de playa o un helado, todo lo encontraremos aquí. Puerto Escondido está justificadamente orgulloso de su propia y dinámica calle El Adoquín. Abierta al tránsito vehicular durante el día, se convierte en una calle peatonal durante la noche y una meca para la vida nocturna que continúa hasta el amanecer. Por esta razón, si deseamos paz y tranquilidad, tal vez sea mejor optar por reservar una habitación en un hotel que se encuentre a varias cuadras de distancia.

Los músicos callejeros llenan el aire con sus melodías y los artesanos ofrecen joyería y juguetes hechos a mano. El Adoquín es también el lugar para conocer gente nueva y disfrutar de la cocina local e internacional en los restaurantes italianos y pizzerías. En cuanto a la cocina local, el estado de Oaxaca se enorgullece de contar con una de las más fascinantes de México. Frutas exóticas, carne o pescado cubierto con el famoso mole de Oaxaca, o los famosos chapulines (saltamontes) fritos, son algunas de las muchas opciones que ofrece este destino. Aunque siempre se puede pedir una hamburguesa, ¿por qué no probar algo nuevo?
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