El Hotel Costa Verde de Costa Rica ofrece un alojamiento de lujo en plena selva costaricense con vistas panorámicas al Pacífico a bordo de un antiguo Boeing 727 que ha sido restaurado para darle un toque rústico, y ofrecer excelentes comodidades en plena selva.
Un Boeing 727 en desuso que alberga una suite de lujo de categoría de hotel pero situada en uno de los parques nacionales más importantes de Costa Rica.
Este avión, que perteneció a la aerolínea colombiana Aviaca y fue construido en el año 1965, ha sido reconvertido en una lujosa suite de dos habitaciones situada en el borde del bosque lluvioso con vistas al océano.
La lujosa suite/avión se encuentra en el Costa Verde Resort, el cual está localizado cerca del Parque Nacional Manuel Antonio en Quepos y a dos horas del aeropuerto Internacional de San José.
La aeronave fue rescatada del aeropuerto de San José y transportada en cinco piezas en grandes camiones hasta las selvas de Manuel Antoni donde se alza en la actualidad sobre un pedestal de 50 metros de altura.
El interior del avión está revestido de madera de teca costaricense, desde la cabina hasta la cola. Los muebles han sido tallados a mano y están hechos de teca de Java, Indonesa.
VISTAS AL MAR DESDE 186 EUROS.
El 727 cuenta con dos dormitorios con aire acondicionado, cocina americana, un comedor, una terraza con vistas al mar, una entrada privada hecha con piedra de río, una escalera de caracol y 360 grados de jardines alrededor.
Las tarifas oficiales son en temporada alta, del 1 de enero al 30 de abril, 500 dólares (373 euros) al día; del 1 de mayo al 31 de agosto, 350 dólares (261 euros); del 1 de septiembre al 15 de noviembre, 250 dólares (186 euros); del 16 de noviembre al 20 de diciembre, 500 dólares (373 euros), y en Navidad, 750 dólares (560 euros), más un 13% de impuestos en todos los casos.
Durante los últimos años el resort se ha desarrollado y diseñado para que los huéspedes puedan disfrutar de una marca única de lujo tropical entre tucanes, oso perezosos, y monos en un oasis selvático.
Además, el hotel cuenta con cuatro restaurantes diferentes, uno de ellos construidos también con la base de un avión (en este caso un Fairchild C-123), y numerosas excursiones para realizar al aire libre, como surf, rafting, kayaking o pesca deportiva.