Un libro del fotógrafo Jonathan Danko Kiełkowski muestra imágenes impactantes del barco antes de ser desmantelado.
El 13 de enero de 2012, frente a las costas italianas de la isla de Giglio, el crucero Costa Concordia naufragó con 4.229 personas a bordo. Como resultado del accidente -debido a una peligrosa maniobra del capital Francesco Schettino, quien acercó indebidamente el barco a las costas de la isla- murieron 32 personas. Tras la colisión, Schettino abandonó el barco.
El barco quedó semihundido en uno de los espigones de la isla, hasta que el 23 de julio de 2014 fue remolcado para su posterior desmantelación. El barco fue remolcado y transportado durante cuatro días por varias embarcaciones y a lo largo de 280 kilómetros, desde la isla de Giglio hasta el puerto de Génova. El desguace se encargó a dos astilleros genoveses de Prà Voltri y de Sampierdarena.
Sin embargo, antes de que fuera desarmado en su totalidad, el fotógrafo alemán Jonathan Danko Kiełkowski se aventuró a nadar hasta la embarcación para realizar una serie de fotografías del interior que la agencia White Press publicó en forma de libro.
En las impactantes imágenes pueden verse varios salones del buque, las máquinas tragamonedas, las fichas del casino desparramadas y hasta uno de los bares en los que, sobre una mesa, aún queda un pocillo de café.
El Costa Concordia fue construido en 2004 y comenzó a navegar a mediados de 2006. El trabajo estuvo a cargo de los astilleros genoveses de Sestri Ponente.
Con 114.500 toneladas, 290 metros de eslora y 36 metros de manga -dos veces más grande que el Titanic- resultó para la época uno de los más grandes de la industria.
Los registros de su inauguración cuentan que la botella de champán que lanzó la modelo checa Eva Herzigová, la madrina del barco, no se rompió durante la ceremonia de botadura... y eso en el ámbito naval esto se considera una señal de mala suerte.
El Costa Concordia contaba con 1.500 cabinas (o camarotes), poco más de 500 con terrazas privadas, 58 suites y 12 con acceso directo al spa del crucero, el Samsara Spa.
Además, el barco tenía cuatro piletas (dos de ellas con cubierta retráctil), 5 jacuzzis, 5 restaurantes y 13 bares, teatro, casino y discoteca.
Ya en noviembre de 2008, el crucero había sufrido un accidente en el puerto de Palermo (Italia), durante maniobras de amarre: un fuerte viento lo golpeó contra un muelle flotante y se dañó la banda de estribor del barco. Sin embargo, el barco pudo continuar con su itinerario previsto y las reparaciones se fueron completando en las diversas escalas.
Tras el accidente de 2012, el entonces capitán Francesco Schettino, responsable del barco, fue condenado a 16 años de cárcel. Dirigida por los astilleros de Costa Cruceros, el operativo para rescatar el barco consistieron en enderezar la embarcación, reflotarla, estabilizarla y luego sí, trasladarla hasta Génova. Estas maniobras cotaron alrededor de 1.500 millones de euros.