Yaxchilán, que significa “piedras verdes” en maya, es conocido por su gran número de estructuras arquitectónicas e inscripciones.
Existen textos por cualquier sitio: en estelas, en altares, en los remates de las puertas y en los dinteles.
Fue una importante y poderosa ciudad a finales de 600 a.C., ejemplo de la complejidad social que caracterizó al Clásico maya de las Tierras Bajas (250 – 900 d.C.). Dominó a otras ciudades más pequeñas como Bonampak, y estuvo mucho tiempo aliada a Piedras Negras y a Tikal. Tuvo una importante batalla contra Palenque documentada en el 654 d.C.
Para la construcción del complejo, los mayas aprovecharon las características del terreno de una península rodeada por un meandro del río Usumacinta.
La superficie de la ciudad es muy extensa aunque sólo se pueden visitar unos pocos edificios. A la Gran Plaza se accede a través de El Laberinto, llamado así a causa de la compleja distribución de sus cuartos. En los terrenos de la plaza se localizan el juego de pelota y pequeños conjuntos de edificios. En varias de las construcciones se encuentran todavía los dinteles que narran la historia dinástica de la ciudad. Sobresalen los Edificios 12 y 22. La gran Estela 1 se yergue sobre la plaza mostrando a Pájaro Jaguar IV.
Existe una impresionante escalinata que comunica la plaza con la Gran Acrópolis presidida por el magnífico Edificio 33, el más soberbio de la ciudad. En la escalera hay jeroglíficos con escenas de Pájaro Jaguar IV jugando la pelota. En los dinteles está la escultura decapitada de Pájaro Jaguar IV. Una leyenda lacandona cuenta que cuando la cabeza de Pájaro Jaguar vuelva a su sitio, el mundo será devastado por los jaguares celestes.
Un estrecho sendero une a la Gran Acrópolis con la Pequeña Acrópolis y la Acrópolis Sur, formada por dos plazas y un conjunto de edificios, entre los que sobresalen por sus inscripciones, el 42 y 44.
Cómo llegar
Desde Palenque se toma la carretera fronteriza del sur a Frontera Corozal (163 kilómetros), desde donde se realiza un recorrido en lancha alrededor de una hora hasta llegar al sitio arqueológico.