Chiapas es muy conocido por su naturaleza exuberante y sus culturas indígenas.
La primera, tiene una abrumadora presencia en la serranía, a través de una vegetación selvática siempre verde, definiendo una aventura espléndida para los aficionados al ecoturismo. Las segundas se destacan por sus pintorescas costumbres, su mágica cosmovisión y las tradiciones que han sabido preservar a lo largo de siglos.
Pero aún hay una faceta muy interesante de Chiapas que merece ser ponderada y se relaciona con los tesoros turísticos de su costa. Para acercarse a ella, es necesario hacerlo de manera inteligente, aprovechando cada nueva maravilla que nos ofrece: rincones de ensueño, hoteles y restaurantes sumamente acogedores, playas casi vírgenes como extraídas de la más exótica fantasía.
Conozcamos pues, algunos consejos para visitar la costa chiapaneca.
A todo lo largo de la costa chiapaneca, se han levantado diferentes centros ecoturísticos acondicionados con confortables cabañas, dotadas de mosquiteros, restaurantes y con el apoyo de experimentados guías, quienes organizan con los visitantes divertidas excursiones para conocer los alrededores, navegando en kayak, o bien, tripulando lanchas motorizadas para explorar a plenitud este excelente rincón del sur del país.
En años recientes, el ecoturismo ha llegado a ser una significativa fuente de ingresos para los habitantes de las costas de Chiapas. Complejos ecoturísticos como Costa Verde, Bahías del Mar, La Palma, San Carlos y Ballenato, son ejemplos patentes de lo que les hemos comentado.
Se trata de puntos privilegiados para emprender recorridos por la zona más agreste de la costa de Chiapas: un vasto litoral de aproximadamente 270 kilómetros a lo largo del Océano Pacífico. Esta zona costeña inicia en los linderos con el territorio oaxaqueño y culmina en el río Suchiate, justo en el límite fronterizo con la nación hermana de Guatemala.
Una muestra de la excelencia turística de las costas chiapanecas la tenemos en Puerto Arista. Ubicado a unos 19 kilómetros de Tonalá, es el destino playero más significativo de la región. Allí es recomendable visitar su campamento tortuguero, dedicado a la protección de cuatro variedades de estos reptiles: laúd, golfina, prieta y carey.
A solo 20 kilómetros de este sitio se encuentra Boca del Cielo, desde donde salen lanchas para explorar la barra de San Marcos y el cercano Centro Ecoturístico La Luna. En este último sitio se pueden rentar cabañas ecológicas, hacer tours para la observación de las especies animales y vegetales de la región y además, gozar del buen ambiente de su bar el “Mosquito Loco”.