Las 11:00 am, 04:00 pm u 11:00 pm son igualmente ideales para sentarse en alguna acera y disfrutar de unos satays u otro plato típico.
En casi todas las calles hay puestos, carritos y cestas en el piso que ofrecen infinidad de comidas, frutas, bebidas y dulces.
Es fácil encontrarse deambulando por una avenida seducido por una mezcla de aromas peculiares como el del café con el cerdo salteado. Sin embargo, al doblar la esquina, todo cambiará y será la esencia de bananas fritas y champiñones la que acompañarán el paseo.
En Tailandia comer en la calle es parte de la idiosincrasia. Hay gente que recorre la distancia que sea necesaria para degustar una porción de su pad thai preferido, quizás preparado por una anciana desde hace décadas en la misma avenida.
Si está de visita hay que olvidarse por unos días de los restaurantes y preparar el estómago para sabores y olores desconocidos. Los precios de estas exquisiteces van apenas de 40 centavos a USD 2.
Alimentos versátiles. El arroz es la base de esta gastronomía, dado que es el principal producto de cultivo nacional.
Es tanto acompañante como protagonista de bebidas, postres y platos principales. Le da los buenos días a los niños en forma de johk; se camufla entre ralladura de coco en los khanom krok y se transforma en fideo o en pan.
Los fideos y las sopas se encuentran juntos o separados en infinidad de presentaciones. Son dos o uno de los platos más consumidos en las calles.
Las sopas son de cerdo, pato, pollo, carne o vegetales; los fideos de arroz y trigo. Los de arroz se pueden encontrar en versiones fina, media y muy gruesa, lo que influye en la textura y el sabor. Hay centenares de combinaciones, pero quizás las más tradicionales son el pad thai y el khao soi.
La comida tailandesa no se basa en sabores simples. Suelen ser aromáticos, intensos y muchas veces contradictorios. Sus preparaciones buscan el complicado equilibrio entre cuatro gustos: salado, dulce, agrio y picante. Sin embargo, parecieran sentir particular predilección por el último.
Al pedir la comida puede intentar decir mi phed, que significa no picante. No obstante, esto suele ser inútil. Los tailandeses utilizan el ají como si fuera sal y no serán capaces de interpretar objetivamente su pedido. Algunos de los platos donde predomina este sabor son el sum tam thai y el tom yang goong.
Por poco práctico que pueda resultar, una buena parte de la comida de calle se hace en improvisadas parrillas que compiten con los transeúntes por un espacio en la acera.
En ellas se preparan satays variados, entrañas de cerdo, calamares, cambures y cualquier alimento que se puedan lanzar sobre las brasas. También cuentan con la plancha, en donde saltean vegetales y se preparan rotis rellenos. También existe una diminuta versión del tostiarepa en el cual preparan huevos de codorniz fritos y los ya mencionados khanom kroks. Estas opciones resultarán siempre más sanas que el promedio de la oferta, que se fríe y refríe en unos woks enormes repletos de aceite.
De beber. Tés, jugos, merengadas y cafés se presentan en contenedores muy originales.
Uno de los más curiosos es una bolsa de plástico donde depositan el líquido y luego colocan dentro de otra bolsa de plástico. Abundan los tés fríos, con una variedad extensa de sabores y se sirven con leche o agua.
Se les pueden agregar perlitas de harina de tapioca saborizadas, que se van colando a través del pitillo gruesísimo. A los jugos se les suele poner sal para ayudar a reponer el sodio que se pierde en días calurosos.
También se hacen licuados frapé con las combinaciones de frutas que se deseen. El detalle con estos brebajes callejeros es el abuso de la leche condensada y otros endulzantes. Si dice: mai waan le dan una versión menos dulce.
De postre. Hay muchas preparaciones dulces hechas con arroz. Una de las más ricas es el mango con sticky rice y crema de coco. También hay infinidad de rotis rellenos, el más buscado es el de chocolate y cambur. El maíz lo usan como topping de helados y combinados con yema de huevo dentro de los khanom bueangs.
Como ve en todo momento y lugar habrá alguna delicia que le hará arrepentirse de haber ocupado espacio con lo que se haya comido antes.